Cuando te conocí,
en ese preciso instante
me enamoré de tus ojos.
Nos presentaron en una
reunión familiar
de unos íntimos amigos nuestros.
Inolvidable noche.
Tan feliz lo pasé,
que cortas me parecieron
las horas que juntos estuvimos.
Bailamos hasta muy tarde.
Y aunque jóvenes éramos
terminamos rendidos.
Te acompañé hasta tu casa.
Vivías con tu madre.
Charlamos un largo rato,
muy bajito, para que tu madre
no se despertara.
Sentimos una atracción
mutua, fue muy evidente.
Quedamos en encontrarnos
al día siguiente.
Tú me fallaste.
Te esperé casi un par de horas,
y no llegaste.
Lo tomé con naturalidad
pensando que habrías tenido
algún inconveniente
en hacerte presente a la cita.
Siempre suelen suceder imprevistos...
Lo acepté con gran resignación.
Soy un ser que acepto
lo que el destino me otorga.
Antes no era así,
todo lo contrario.
Uno suele cambiar en la vida,
a veces para bien,
otras para mal.
Mi cambio fue para bien.
Esa fue mi sensación.
Me sentía más dócil.
Pensaba llegarme hasta tu casa.
No lo hice.
Me fui a la mía.
Me puse a leer un libro.
"He de amarte hasta la muerte"
era su título.
Una interesante novela de amor.
Me atrapó la personalidad
de esa pareja, que lucharon
por todo y contra todos.
Para lograr un amor
que era imposible.
Pero después...
No. No quiero recordar su final.
Fue muy triste.
Venció el amor.
Pero con un desgarrador final...
Esa noche terminé de leer
el libro .Dormí,
y a la mañana siguiente,
amanecí con el libro
en mis manos...
Me levanté con un fuerte dolor de cabeza.
No es muy común en mí
ese malestar...
Es día domingo.
Tengo por costumbre ir a misa.
Me cambié para hacerlo.
Fui, me senté justo en los
últimos asientos.
Llegó el momento
del sagrado cuerpo de Cristo.
Hice la respectiva fila
para comulgar. Y allí
te divisé entre los que estaban
delante de mí.
Te seguí con mi mirada,
hasta el lugar
en el cual te arrodillaste.
Después de comulgar,
me dirigí hasta tu asiento,
y me senté al lado tuyo.
Nos miramos. Estabas muy concentrada
en tu oración, pero me divisaste
y ambos sonreímos.
Terminó la misa.
Tenías lágrimas en tus ojos.
Caminamos juntos...
Me dijiste que en un par de días
te operarían los ojos.
Quedé impactado.
Me dijiste que habías estado ausente
en nuestra cita, porque no te sentías bien.
Te acompañé hasta tu casa.
Me hiciste pasar, me presentaste
a tu madre.
Amorosa ella.
Me invitaron a almorzar
y encantado acepté.
Tú eras una mujer libre,
un hombre libre era yo.
Te operaron. Recuperaste
perfectamente tu vista.
Tus ojos se veían
mucho más hermosos
que cuando te conocí.
Y allí comenzó nuestro gran
idilio de amor...
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto -11/12(2013)
- Autor: hugo emilio ocanto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de diciembre de 2013 a las 02:39
- Categoría: Amor
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: Hugo Emilio Ocanto, El Hombre de la Rosa, Maria Hodunok., nellycastell, Lunadecristal, soki, CARMEN, arnaiz, jose miguel hernandez l, gisell_v
Comentarios12
Una preciada y bella muestra recitada de tu genial quehacer poetico amigo Hugo
Saludos de amistad de Críspulo
Un placer me acompañes y leer tu comentario, poeta.
Muchas gracias.
Saludos de amistad amigo Críspulo.
Hugo Emilio.
Que cálido y bello tu poema de hoy Hugo, es siempre un placer pasar por tu muro, una fantástica historia de esos idilios de antes, tan inocentes, pero tan llenos de sentimientos, realmente una hermosura.
CARIÑITOS, AMIGO POETA.
Muchas gracias amiga por compartir mis sentimientos plasmados.
Tu presencia es muy importante en mis textos.
Cariños, amiga poetisa.
Hugo Emilio.
Precioso encuentro e inolvidable, un abrazote Hugo querido.
Gracias Nelly por compartir mi tema.
Un fuerte abrazo, poetisa amiga.
Hugo Emilio.
Una tierna y dulce historia de amor...un placer leerte !!
Bello dia para ti...abrazos !!!
Gracias poetisa Luna por estar y acompañarme en mis letras.
Un feliz día.
Abrazos!!
Hugo Emilio.
QUERIDO HUGO,
HAY EN LA VIDA ENCUENTROS QUE SON INOLVIDABLES COMO EL DE HOY EN TU POEMA. ELLOS VIVEN EN NUESTROS CORAZONES Y CUANDO NOS VISITAN LOS VOLVEMOS A VIVIR. HERMOSO.
BESOS Y ABRAZOS, SOKI
Querida Soki:
Gracias por tan bellas palabras a mi poema.
Besos y abrazos.
Hugo Emilio.
Que historia mas bella y mas dulce nos regalas hoy ese amor que puede con todo y logra la felicidad, Es tan bonito ver con los ojos del amor amigo mio. Un beso muy grande
Mucho me alegra Carmen tu comentario. Gracias por tus alentadoras palabras.
Recibe mi saludo y un beso super grande, amiga.
Hugo Emilio.
El lado humano de tu historia, junto con la perseverancia y luego ese final tan bello hacen un poema de amor muy lindo...Saludos tocayo.
Tocayo:
Especialmente tu presencia y comentario me colman de satisfacción.
Gracias por tus palabras.
Saludos, poeta.
Hugo Emilio.
BELLA PIEZA LITERARIA
LA QUE NOS REGALAS HOY.
TE FELICITO.
SALUDOS DE AMISTAD
DESDE VENEZUELA
DE TU AMIGO
EL PINTOR
Mi agradecimiento por tu comentario, José Miguel.
SALUDOS DE AMISTAD
DESDE ARGENTINA
DE TU AMIGO
HUGO EMILIO.
Gracias, poeta!!
No es imaginación. FUE un suceso real.
Para evitar nombres, lo dejé sin él.
Me dices lo más importante, Ramón. ¡Qué alegría, lo que me dices de Carmen! Mucho me alegro. Nuestras oraciones llegan a Jesús, hermano, y él nos envía su Luz.
Un abrazo a ambos.
Hugo Emilio.
Wow siempre en un honor leer sus apresiables letras amigo !! Algun dia quiero escribir como usted!!!
Muy apreciado tu comentario, Javier.
Escribes bien, superarás in crescendo.
¡¡¡HERMOSO!!! Así, en tono alto y muy expresivo.
Eso lo hace el cabello de plata...(sonrisa)
Abrazos y besos, amigo lindo
Cabello de plata te agradece infinitamente tu presencia y comentario, Gisell.
Abrazos y besos, Dama de la poesía.
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