No voy a hablar de amores
ni de nada que se le parezca, pero con un suspiro
le digo que usted es muy bonita.
Desde un jarabe para la tos a una aspirina
para la cabeza y como cosa loca… ¡quién sabe!
Cualquier pretexto es bueno para verla.
Confieso abiertamente
que quisiera ser su compañero,
más que un amigo, quizá su confidente.
Por eso me pregunto, linda señorita:
- “¿qué cortejos le gusta…?” -
Si un dulce o un fino capullo la alagarían.
Su nombre no lo sé, a no ser por la
calidez de sus manos, que me entrega
a cambio una caricia a mis manos.
La veo y me despido por última vez,
entre un delineado negro sobre los parpados,
de sus ojos color café.
Y si ya tiene un pretendiente,
no haga caso, no se ofenda y discúlpeme.
Crea de cuenta que un suspiro solté.
Pero si le quito de su mejilla
una sonrisa al leer, cuéntemelo
cuando vuelva la próxima vez.
- Autor: Damian Santarossa ( Offline)
- Publicado: 13 de diciembre de 2013 a las 00:15
- Comentario del autor sobre el poema: Lo escribí para la chica que trabaja en la farmacia de mi barrio. Es un encanto!
- Categoría: Carta
- Lecturas: 110
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, santiago calderon, Daniela 19
Comentarios2
Una genialidad tu poema carta amigo Damian
Saludos
Muchas gracias Señor. Saludos
muy lindo tu poema, esto sale del corazón por lo visto!!
Saludos 🙂
Jejeje. Tendría que entregárselo un día que pase por la farmacia. Muchas gracias por tu visita y tus palabras. Saludos
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