No vuelvo a hacer el amor,
¡Si aja!, nunca, nunca más de pie;
se me tuercen las rodillas y hasta camino al revés;
doy tumbos de lado a lado un largo rato después.
A ella poco le importa porque siempre queda bien,
y quiere seguir el juego contando uno, dos, tres,
pero cuando llega a cuatro se ciega y casi no ve;
¡No ve! pasar ni las horas y no pierde el interés.
Ya lo hemos hecho en barco, en avión y hasta en un tren,
en un kiosco de frituras y en la cama de un motel;
en una piscina fría y en un jacuzzi también
y en las ramas de un almendro, viendo la lluvia caer.
Como hacerlo siempre es bueno, mejor si nadie nos ve,
hoy voy para el cementerio y en la tumba de su ex;
lo voy a hacer como nunca, sin ninguna mala fe,
¡Que su fantasma no grite!, ¿por qué la dejó y se fue?.
Hoy me dicen que mañana viene un circo a Puerto Rico,
y sin aprenderlo en libros hacer el amor es rico;
voy a velar que lo cierren y a un trapecio subiré,
y como a ella le gusta, allí lo practicaré.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita
- Autor: José Miguel Pérez Amézquita (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de diciembre de 2013 a las 09:32
- Categoría: Amor
- Lecturas: 89
- Usuarios favoritos de este poema: Angst, El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Jajaja, muy original querido amigo. Recibe mi saludo y abrazo.
Una gratificante poesía de amor has escrito hoy amigo José Miguel
Un placer leerte...
Saludos de amistad y afecto navideño...
Críspulo el Hombre de la Rosa...
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