Estas ganas de decirte y de contarte lo que me ha pasado, se empiezan a ir.
No te culpo, fui yo quien te escogió.
Porque a la larga, solo busco mi propio placer.
La noche se torna diferente, pues el amanecer empieza a llegar.
El frio acaricia mi cuerpo, la soledad mi alma y el silencio mi mente.
Esto es extraño, porque antes me tenías ocupado.
No quiero, no debo y no puedo acostumbrarme a ti, pues perteneces a la naturaleza, no a mí.
Las acciones y el pensar los puedo justificar, puedo decir que tomo de nuevo mi libertad.
Te confieso que cada noche busco con quien compartir mis palabras..
Me canso, me frustro, me irrito.
Me han dicho que la soledad entristece y mata el alma, que después de la tormenta llega la calma
Al final de la noche, he encontrado el camino que me lleva a mí ser más íntimo.
Es quien me habla y quien me escucha, puede ser Dios o mi otra parte.
No me interesa quien sea, pues he aprendido a amarle
- Autor: Donany ( Offline)
- Publicado: 18 de diciembre de 2013 a las 19:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 63
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Una hermosa y gratificante manera de escribir poesía amigo Donany
Un grato placer leerte...
Críspulo el de la Rosa...
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