Miércoles 18 de Diciembre 2013
3:40 AM
Y aún tengo el sabor del vino en la boca,
Y el olor de tu perfume en mi cuello.
Tuve que salir de la maldita monotonía.
Todos duermen en casa, mientras yo busco las canciones de mañana, pero me detengo a pensar que hoy jugaste mi cabello, que me miraste a los ojos como pidiéndome un beso y mientras bebía de ese vino, pensaba en algo que para ti no es bueno, no te quiero es cierto, pero quisiera poder hacerlo.
Quisiera que desparasitaras mi corazón de ciertas cosas.
Y entonces fui a tocar esa canción que después me dijiste que te encantó, esa canción que me hizo beber del vino amargo de un recuerdo, mientras tú bebías de este maldito silencio.
Pero se pasaron las horas, los amigos se fueron y entonces caminamos hasta tu departamento, me invitaste a pasar y recordamos los viejos tiempos.
Recordamos nuestra inocencia, las estupideces de aquellos días. Y cuando se había pasado una hora, sacaste un libro de Neruda para que lo leyera, me ofreciste algo de tomar, pero ahora sólo te pedí un vaso de agua.
Sé lo que sientes, sé que a pesar del tiempo y mi indiferencia me quieres, y yo te quiero pero no como quisieras y me encantaría quererte pero hoy ya no me pertenezco, soy del tiempo, de la distancia que se esconde en el silencio.
Y nos abrazamos fuertemente más de tres veces,
Y me has dejado tu perfume en el cuello.
- Autor: Marner (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de diciembre de 2013 a las 20:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 144
- Usuarios favoritos de este poema: Damian Santarossa, kavanarudén
Comentarios1
Sublime, delicado, tierno y profundo.
Es verdad, con el tiempo cambiamos, hay otras cosas, otros intereses y aunque quisiéramos, las cosas no son igual.
Me ha gustado tu poema mi querida amiga.
Te mando un fuerte abrazo.
Kavi
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