Gabriela

Quiero que estos versos debiliten la distancia que lo nuestro limita.

Te diré que esconden un secreto,

un deseo, una dulce voz… Y una flor marchita.

Gabriela: Has tocado a mi puerta cual pensamiento en traje de doncella.

Oculta entre los trinos de los colibríes y perfumados pañuelos de seda,

déjame descubrir ese secreto que tu alma guarda…

Y a nadie entrega.

Luz eterna reflejan tus anteojos cristalinos,

anochecer en la cascada de tu cabello se encuentra.

Versos y romances en el cielo de pasión teñido…

Eclosión de rosas que en la oscuridad despiertan.

Altar de lo divino,

dulce miel de abeja,

mente en viaje peregrino…

Sol de tarde que la luna corteja.

Más hermosa que las aves, ríos, constelaciones, ecos, luces centellantes.

Eres anochecer y amanecer en un solo momento,

en un solo tiempo, en un solo instante.

Eres el poema más hermoso que ha salido de la tinta de mi pluma,

suave y delicada como un capullo de mariposa,

soy el onírico esclavo,

de tu personalidad dulce…Vanidosa

Tu magnificencia es perfección de la naturaleza,

quintaesencia de la celestial creación,

magnum opus de los himnos a la delicadeza,

obra maestra que de esta alabanza es inspiración.

Eres un sueño del cual despierto de mil formas.

Invierno cálido, gota de agua que al caer, rompe la quietud.

Las flores al verte despiden bellos aromas,

pues se honran al presenciar tu excelsitud.

Cuando te imagino, Gabriela, eres distinta y nueva cada vez.

Mis pensamientos más oscuros has logrado llenar de color.

Sin pensarlo, por uno de tus besos, entregaría mi alma ante tus pies.

Por ti, el sacrificio de mi vida sería un honor.