Siempre quiso su instrumento,
su sola presencia era melodía;
no había soledad, ni había tormento…
Una extraña música que solo él oía.
Contaba sus metálicos trastes
acariciaba su diapasón…
Admiraba sus cuerdas tan locuaces
porque siempre le daban entonación.
Contemplaba la caja sonora,
al tiempo que miraba las clavijas,
era su guitarra, la bella señora,
hambrienta siempre de caricias.
Solo la tocaba con el pensamiento
nunca le arrancó ningún gemido
no aprendió a tocar su instrumento
que abandonado y solo se quedó dormido.
Solo la ejecutaba en su imaginación,
nunca supo arrancarle sonidos,
y preso de su inmensa frustración
la dejo en la pared, colgada de un hilo.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Derechos de Propiedad intelectual Reservados
bajoel Nro. 5562-1213
Maracaibo, Venezuela
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 28 de diciembre de 2013 a las 11:11
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: claudia07, Sophia Sea, El Hombre de la Rosa
Comentarios4
hermoso poema de amor y nostalgia , abrazo poeta buen mensaje en tus letras ,
Hermosos versos es agradable leer versos como estos.
Son hermosas tus metaforas ensambladas en la prestancia de tus gratificantes letras amigo Diaz Valero...
Feliz entrada del año 2014...
Tu amigo Críspulo el Hombre de la Rosa...
"Contemplaba la caja sonora,
al tiempo que miraba las clavijas,
era su guitarra, la bella señora,
hambrienta siempre de caricias."
Tremendo fuerza poética en esta estrofa, amigo Díaz Valero
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