Cuando era una niña navegué en un transatlántico,
vomité todo el camino
como si fuera un pronóstico.
Rugía el aire del desierto liso,
y la ventisca de las arenas,
hice señas a mis familiares por si volvía
de alguna catástrofe,
respirando un cáliz verde como consuelo.
Una sonrisa enemiga puede salvarte en el fondo.
Construyeron sombras
para los marineros.
Jasón
quien había perdido un zapato
al cruzar un río
partiría a ultramar.
- Autor: ANA ROSA BUSTAMANTE ( Offline)
- Publicado: 29 de diciembre de 2013 a las 14:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 90
- Usuarios favoritos de este poema: amapolanegra, Jorge G Sifuentes, El Hombre de la Rosa
Comentarios5
Me gusta ese aire..
Bienvenida
Saludos
Muchas gracias. Me gusta esta página, aquí he conocido hermosos poetas.
Saludos.
Ana Rosa Bustamante
Me hiciste leerlo más de una vez, y me atrapaste. Me encanto.
Abrazos.
Grata y preciada manera de versar tus letras de amor amiga Ana Rosa Bustamante...
Saludos de amistad y afecto
Críspulo el de la Rosa
Este también es de mi noche.
Saludos.
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