Un hombre yace en el suelo
de la calle novena, en sus ojos
nos ves nada de vida y en sus
manos hay una botella vacía.
Murió por la gran cantidad de alcohol
que consumio la noche anterior,
pero quienes lo conocieron
saben que no fue el alcohol lo que lo mató...
Las mujeres, su pasión, su deseo,
su amor y ahora su verdugo.
Fue un hombre que amó a muchas
pero que jamás fue amado por ninguna.
Todos saben que aquel muerto,
ya estaba muerto cuando
su último amor lo dejo.
Lo dejo, por alguien que le gusto,
tal vez no era un excelente hombre,
tampoco era el hombre más guapo...
simplemente ella no quizo al muerto,
ella prefierió al hombre que le gusto.
Y por supuesto mi querido lector
que como cualquier mortal,
desahogo no solo esta pena,
sino todas sus penas juntas
en una noche, acompañado
de su fiel botella de guaro
y una gran cantidad de ron.
Ojala, yo no sea ese hombre
ojala, algún día encuentre a alguien...
Pero el destino se masturba tan
bien al ver, a un humano
como yo, solo.
Y el mundo es tan cruel
que nadie se apiadara de mi
al verme inundado en alcohol, cigarrillo,
drogas y sexo.
Soy un alma que dirije el viento,
y a un huracan voy. Pase lo que pase,
a un huracan voy...
MEVE.
- Autor: MEVE (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de enero de 2014 a las 05:02
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, el poeta del abismo
Comentarios2
Tu magnifica poema encanta al lector estimado amigo Meve
Saludos de amistad y afecto
Críspulo El de la Rosa
Psicodelica la gran lectura de tu poema.
Me ha facinado el gran talento y tu gran exprecion en cada verso.
Has resumido todo de los que aman sin medida, y terminan desgarrados hasta el alma.
Y lamentablemente recurren al vicio.
Encantado de haber pasado por tu rincon.
Saludos cordiales
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