¿Por qué no me advertiste de que estabas construyendo
un castillo de arena en tu mirada
con una puerta grande apuntando al firmamento
y a su ladito junto abiertas dos lindas ventanas con vistas a la playa?.
Hubiera sido hermoso
entrar en su interior por la puerta llena de espuma blanca transparente,
recorrer todos los intersticios de su magma. Y como soy curioso
navegar por los intestinos de las olas procelosas de tu mente.
Ir y venir por sus salados corredores
con los ojos vendados para asi acceder a escudriñar con precisión tu alma,
junto a los misterios de tu verbo recostarme al sol naciente en calma
o introducirme en el salitre de la profundidad de tus temores.
Ahora ya es muy tarde
Ahora ya ha subido la marea y las olas van arrastrado suavemente del castillo las arenas.
Ya no podremos sentarnos a recordar las historias de las que de niños hacíamos alarde.
Poco a poco tu imagen se va difuminando. Es una pena.
¿Por qué no me dijiste, nena,
que tus pupilas habían decidido surfear sobre las olas,
que soñaban perderse volando entre bandadas de gaviotas en la quietud serena.
La mar sedienta. Ahora van floreciendo sobre la arena caracolas
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de enero de 2014 a las 11:11
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 71
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa,
Comentarios1
Grata y placentera la hermosa lectura de tus preciosas letras amigo Donaciano Bueno
Abrazos de amistad y afecto
Críspulo el de la Rosa
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