Arranqué la vieja Vespa después de abrocharme el abollado casco y el acelerador empezó a gritar al instante.Mi pelo se izaba tomando la dirección del viento prefabricado.Las recostadas curvas huían estrepitosamente a la par que los ojos se ahogaban en las frías lágrimas de la velocidad por esos caminos de arboles pintados de blanco donde a esas horas ir en moto era ver disfrazado de novia los senderos del amanecer.Ahí, en el Maestrazgo, las pensiones del tiempo estaban deslizando el interruptor que ilumina los días.
Me detuve y respiré el perfume de hornos de leña.Sus casas vestidas de piedras se manchaban de sol.Allí se sentía la sensación de ir sembrando astillas de los sueños e ir esparciéndola en cada kilómetro.Miré hacia atrás y comprendí que allí es donde se cultivan los pasos
- Autor: siempreescampa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de enero de 2014 a las 18:36
- Comentario del autor sobre el poema: Arranqué la vieja Vespa después de abrocharme el abollado casco y el acelerador empezó gritar al instante... y nos enamoramos de esa bonita comarca de España, donde el tiempo sirve para vivir (Imagen de Ernest Descals)
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios1
Hermoso poema.
Eso para mi es la poesía, escribir lo que te dicta el corazón, el alma, la experiencia vivida que nos ha marcado. Hermoso poema mi querido amigo (permìteme que te llame así).
Me ha gustado esa espontaneidad, ese contar y remembrar... hermoso.
Un fuerte abrazo de amistad y saludos a esa hermosa tierra española, Gandìa de la cual conservo hermosos recuerdos al lado de mi amor.
Mil bendiciones.
kavi
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