Retrato de una vida

EzeMC

Somos hueso, somos carne.
Somos la esencia vital intacta.
Somos reloj que no se retracta.
Somos alma frágil y cobarde.

 

Nacimos para morir sintiendo
en cordeles bastante efímeros.
De mente y conciencia íntegros,
corazones que van creciendo.

 

Como tripulantes incrédulos

nos amotinamos contra la norma.
Experimentando sueños y formas,
hilarantes e inocentes péndulos.

 

Tras perdernos en la neblina
esquivamos tiempos nocivos.
Despertamos junto al motivo
de aguantar la difícil rutina.

 

Dejamos legado de vida,
fotocopias de nuestros rostros,
proyecto de nuestros gustos,
concebidos en precisa medida.

 

Ascendientes y descendientes
se alejan en sus funciones,
silencio en las habitaciones,
solo dos quedan presentes.

 

El reloj marca las siete,
avisa el fin de la jornada,
ya no hay “motivo”, no hay nada
mas que divagar inertes.

 

Es el destino del viajero
que se hace ver y nos reclama.
Recostados en una cama,
del polvo vinimos y a el volvemos.

  • Autor: Matias Ezequiel (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de enero de 2014 a las 08:55
  • Comentario del autor sobre el poema: Me inspire en la típica frase: "El hombre nace, crece, se reproduce y muere". No quisiera que piensen que yo considero a la vida como algo simple. Pero en cierta forma, creo que la vida parte de una rutina básica, la cual puede ser transitada de mil formas, pero al fin y al cabo no podemos a hacer nada mas que nacer, crecer, reproducirnos y morir.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 76
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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Comentarios +

Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Grata la lectura de tus generosas y bellas letras estimado poeta y amigo Matias
    Saludos de afecto y de sincera amistad
    Críspulo el Hombre de la Rosa



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