Flamélico estaba el perro
Jose lo alimentaba poco.
Vivían bajo los laberintos
del bosque gris enladrillado.
Pestilente sabor metálico
aturdían los sentidos lasos.
Atrás Ziceròn corría lozano
jugando en el jardín privado.
Su amo le observaba calmo
feliz en el chalet adosado.
No soñó a su mujer e hijo
Tampoco imaginó el banco.
Era banquero y especuló
con una familia sin corazón.
- Autor: Anttoni (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de enero de 2014 a las 15:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Una hermosa y bella forma de escribir tus lindas letras amigo Antonio RV
Saludos de amistad de Críspulo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.