1- EL AMOR EJERCITADO
Cuello de pabilo,
hombros de puerto,
boca de cresta purpura
en esa foresta anda mi paso.
Camino el universo
de tus caderas de fresa.
Cintura de agua
donde trepa el viento
enredaderas.
Muslos en dos muelles
de cerco
abriendo flores en su huerto.
Senos de colinas.
Mi alma está húmeda
de forcejar la escalada
de duplicados morados
erectos como espinas.
Valido esfuerzo
justifica la delicia de sus uvas.
Vientre de horizonte
donde crujen hojas doradas
en los dedos de amarra.
Espalda de seda,
melaza en depósito para mi sed,
libo azúcar hasta la última
línea de sus brevas/
.
Silo de mis granos,
no alcanza mi círculo
de brazo a contener
la dimensión de tu figura/.
Pubis florecido donde
hundo mi hocico
para silenciar la palabra/
Que se pronuncia el silencio
con entrecortadas silabas de gemido.
Puñal enardecido es mi tallo,
mojada oquedad su vapor
de sudado campanario
tintineando en sus campos/
Aquí no hay vencedores ni vencidos,
solo la hermosa contienda
del amor ejercitado/
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2- AQUÍ DEJAMOS LA SOLEDAD, AMOR
Aquí dejamos la soledad amada
los soles grises tras nuestras sombras,
salimos del rencor con transparencia de manantial.
ahora tenemos las manos ocupadas
de plenos racimos/
Lejos del urbanismo salvaje
ccn la sal exacta del agua
En la proporción de la tierra,
elevamos la balanza del amor
en la erguida tarde
alimentados de harina matinal.
Cada palabra tuya es hoja primaveral,
Alas desplegadas
que cantan silabas florecidas.
Tu…,
Pétalo de mi corazón,
jardín de mi follaje en las cejas
deja tus manos entreabiertas
para reconstruir la transparencia.
Recuéstate en la tierra
que cada terrón será
roja remolacha de azúcar.
Pondré uvas en tu boca
de ostra perlada
y bienamada…
Mira la altura del cielo y su vestido,
parecen mellizos en nuestra refugio de palomas
que escuchan nuestros pasos de estatura repicando
en las campanas de engarzados luceros.
Poso en tu frente mis besos y
me inclino a tus pies para besar el suelo
de maromas libres
y rumoreo salomas
en tu rostro donde el mar ancla sus puertos.
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3- EL SOL MURIÓ EN SUS PESTAÑAS
El sol murió en sus pestañas,
cayó rodando
entre la fila del fuego.
De tanto pedir a la vida y no dar nada a cambio
resquebrajó sus uñas de esmalte,
afán de su propio arte.
Maquillaba sus asaros
con perfumadas rosas y la oquedad solitaria
la halló llorando gotas de nada.
Se fue en una apagada mañana
sin más visitas que sus reflejos.
Se enterró en deseos sin nombres
con un corazón lleno de agujeros.
Como una momia fagocitada.
No hubo honores.
Se derrumbaron sus pechos
de plástico antes de entrar
al rectángulo de los osarios.
Había muerto el sol
salpicando la cresta de sus veranos.
En la forma de la luna dejó cenizas en el lecho
mudo entre la penumbra sin vértigo.
Con las aristas clavadas de la astilla,
los horrores de la sangre disueltos
en espejos de rostros sin mote/
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- Autor: RICARDO ALVAREZ ( Offline)
- Publicado: 14 de enero de 2014 a las 11:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, CHILENOHOT
Comentarios1
Grata y Hermosa la lectura de tus tres preciadas letras amigo Ricardo Alvarez ...
Muy bellos tus poemas...
Saludos de amistad de Críspulo...
gracias críspulos. mis sinceros saludos de amistad
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