Me he sido infiel aferrándome a un cuerpo el cual nunca me perteneció, besando labios marchitos que se posan hoy en otras praderas.
Me he sido infiel dejándome en el olvido por quién olvidó que por ella me olvidé, haciendo de esto una carta más respecto a su traición;
La miro vacilante caminar, con la barbilla siempre alta y sus ojos posados en cualquier dirección, pero que jamás éstos coincidan con mis negras pupilas, porque ahí, ¡Me ha de recordar!
La miro siempre danzante y alegre, la máscara ha tomado su lugar, se maquilla las lunas en las cuales me recuerda, y se bebe mi sonrisa mezclada con dolor y amargura.
Se dice que de amor nadie ha de morir, más ella ya regalado su juventud a la parca; creyendo en utopías tan absurdas como su nueva vida, creyendo que yo la esperaré.
No se espera a quien se rehusa a regresar, a quien no teme lastimar a quienes la rodean con tal de no sentirse tan vacía, tan inconsolablemente infeliz.
No se espera a quien se olvidó del amor tan puro que le di, y aún así, vive atrapada entre tantos versos que no ha de entender.
No, simplemente no se espera el regreso de quien perdió el sentido de la dirección.
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Autor:
Sue P (Seudónimo) ( Offline)
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Publicado:
15 de enero de 2014 a las 00:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas:
48
Comentarios2
Unas lineas muy expresantes en tu poema.
Me ha gustado la expresion del esperar sin duda alguna.
Saludos de amistad
Estimado, gracias por tu comentario y por tomarte el tiempo de leerme.
Saludos de amistad,
Sue P
Excelente prosa.
Muchas gracias.
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