Aquella mañana se habían dispuesto a visitar a otra villa, a confraternizar con otros maestros y discípulos y pusieron pié en el camino.
Llegaron a un cruce. El cartel decía: Shahabad — 7 km indicando la dirección a la izquierda y Shahabad — 12 km indicando la dirección a la derecha.
Tomaron el camino a la derecha. Casi dos horas después, habían llegado a la villa.
Pasaron todo el día en amigables charlas, disfrutando de buena comida y buena compañía, todos estaban muy a gusto.
Al atardecer, el maestro comunica a los discípulos la decisión de que deberían irse, y evitar que la noche les cayera encima.
—Querido maestro —dijo un discípulo—, estamos muy a gusto. Si hubiéramos cogido el camino de la izquierda en el cruce, hubiéramos estado aquí antes. —concluyó con extrema vergüenza el discípulo.
—Querido discípulo —dijo el maestro—, puede que hubiéramos estado aquí antes, pero puede que, también, no hubiéramos siquiera llegado hasta aquí, porque aquél camino es frecuentado por asesinos y asaltantes.
»No debemos tentar a la suerte, cuando conocemos el peligro. Desconfíe siempre de los atajos que, aunque te prometen llevarte al destino, su precio puede ser demasiado alto.
»El camino más largo y tortuoso puede que no sea el más fácil, pero tú tienes el poder de convertirlo así, solo disfrutando del paisaje, aprovechando la sombra de los árboles, el perfume de las flores, la brisa del viento. El tiempo no es tan importante, sino la certeza de llegar. Y lamentablemente veo que tú, todavía, no has llegado a tu destino, porque tu mente sigue en aquél camino…
Y maestro y discípulos retoman en camino a casa.
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Autor:
Luigi (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 15 de enero de 2014 a las 05:38
- Comentario del autor sobre el poema: Algunos ya lo saben, otros están por saber, pero todos debemos recordar. Los atajos son como trampas en nuestro camino, pruebas a que seremos sometidos cuando damos el primer paso. Debe ser motivo de alegría, que nos indica que estamos en el sendero, pero la atención a lo sutil no debe ser abandonada, pues justamente pueden ser simples luciérnagas que, explotando en chispas de luz, nos den la bienvenida al sendero correcto. Que así sea! © jose luis iglesias ros
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Ayelén, El Hombre de la Rosa, CHILENOHOT, la negra rodriguez
Offline)
Comentarios3
Bello relato, todos los caminos llegan a su destino. Besitos. Ayelén.
Querida amiga Ayelén, sí es cierto!
besos,
Luigi
Hermosa y agradable la lectura de tus letras amigo Ideluis
Grandiosa tu prosa
Saludos y amistad de Críspulo
Querido amigo Crispulo, es un placer recibir tus palabras, y más el alimento que ellas traen...y sabes por qué lo digo.
Un abrazo,
Luigi
Muy interesante la lección que da el maestro, es cierto a veces por hacer las cosas rapido no tomamos precauciones bello relato.
besos.
Querida amiga La Negra Rodriguez, la paciencia fue siempre una gran virtud y, quizás la mejor consejera.
Muchas gracias y besitos,
Luigi
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