Éramos mucho más jóvenes
por aquellos años
– aunque a mí
lo joven
se me notaba
mucho menos –
e íbamos juntos por esas aceras
que daban casi siempre
en las camas alquiladas
de esos hoteles sórdidos de tan higiénicos
donde el amor imperfecto y glorioso
da sus batallas contra
otras cosas que son parecidas
al amor pero acaban por matarlo.
Ahora
cuando sé que amor perfecto
hay nomás el de Dios
y construyo la vida
con una
que elegí y me eligió
para honrarnos, amarnos y respetarnos
con el sueldo recién cobradito
pero también a fin de mes
y para soportarnos los defectos
con mutua paciencia,
ahora,
te decía,
no me arrepiento para nada
de casi nada de todo aquello
– pero te pido disculpas
por alguna que otra
marca de mis dientes
en tu fina piel
y más por las huellas
que en el alma te hubiera dejado
mi cinismo principiante
de por aquellos días.
- Autor: Juan de Marsilio ( Offline)
- Publicado: 16 de enero de 2014 a las 05:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 83
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Hermoso y espectacular poema has publicado hoy amigo Juan De Marsilio
Saludos de amistad de tu amigo Críspulo
Gracias, Críspulo, y que estés bien.
Me gusta!! Lindo Poema.
Saludos.
Estimado, Juan, como siempre un excelente poema para leer, muy lindo, me hizo recordar viejos tiempos en hoteles con alguna chica. Federico Rivero Scarani,
PD: Te cuento que yo también publico aquí, abrazos.
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