Prólogo de la señora,
escrito va con sangre,
porque le sangra el bendito azufre
de los miserables.
De su puño y letra
ella te describe en suspiros,
que se extienden desde los berridos
a tu queja más punzante.
Como buena lezna
te somete a sus burlas.
Te vendes barato
lamiendo tarros
y suelas de zapatos,
para pasear junto a los demonios ¡que te han comprado!.
Hueles mal,
eres un barrote oxidado.
Número seis, calle más abajo,
donde la porquería duerme a tu lado.
Se le abren las orejas al roedor
en espera de roer tu hueso,
protegido por una bestia muerta
que ha ido a parar con tu conciencia
al arroyo tieso sin protesta.
Con vuestras venas que laten
puedo hacer guisado,
carne o pescado,
¡lo que se me antoje!
Sois condimento perfecto
y alimento de mis animales.
Carta desde los arroyos rojos
a una tierra noble,
¡madera de torres!
Plastilinas en arcillas blandas
que laváis vuestros pies de barro,
para caminar agrietados
sin llantos de santo.
Carta desde mi arroyo
a vuestras orillas,
que os crucificáis en fila
y en los montes,
a los pies de las ciudades
¡bailáis como animales!
Cuando la sangre de vuestros cuellos ruja,
y las cárceles se abran por las gargantas,
se abrirán las paredes de vuestras manos
que han distanciado tanto al hombre.
¡Empezarán a temblar las venas de los pilares del mundo!.
- Autor: Adelaida López Marcos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de enero de 2014 a las 13:21
- Comentario del autor sobre el poema: Un consejo a [email protected] la postura y no olvidarse de los principios libres de cada uno. No falléis ni haceros daño vendiendo el alma, mi consejo a todos.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Generosa muestra de tu arte escribiendo poemas amiga Adelaida Lopéz Marcos
Saludos y amistad de Críspulo
Muchas gracias a ambos!!!!
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