Quizá el negro te acentuaba más que el blanco
o lucías mejor con el cabello desordenado y
apuntando a todos lados como tu sonrisa asesina
de dientes encareados de mentiras y reproches.
Puede que con dicha indumentaria en mi aturdido corazón
aves negras se disputarán entre sí
el poco alpiste que solías tirarme de mala gana y
con los ojos marchitos dibujados a mano.
Pero eso sí , esta soledad fue la única en darte compañía,
en entender tu maldad que a veces maquillaba tu bondad,
en descubrir el lunar que jamás notaste,
en regalarte un atardecer de treinta de febrero.
Y rara vez eso susurró tu indiferencia o besó tu egoísmo
jamás dejaste de apuñalarme noche tras noche
y aunque me dolía ,ese amor que por ti sentía no cayó
nisiquiera se pasmó al ver a la dama más cruel.
Pero hoy vuelvo a nacer como este amanecer testigo
de estos versos dirigidos a tu risueña perversidad,
hoy aprendo a no amar tus puñales y juro que esta
es la última lágrima que por ti, mi alegría derrama.
- Autor: Christian Vivar ( Offline)
- Publicado: 19 de enero de 2014 a las 00:58
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 58
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios4
Un bello amanecer para el amor, después de un periodo de tempestad. Hermoso poema.
Saludos.
La gracia poetica empapa las preciadas letras de tu poema amigo Christian
Saludos de afecto y amistad...
Críspulo el de la Rosa...
Gracias Hombre de la Rosa, un cordial abrazo!
Un fuerte , valoroso y profundo poema.
Muy bien plasmados los recuerdos .
Me ha gustado.
Saludos de amistad
Muchas gracias por tu oportuno comentario Poeta del abismo, un abrazo!
"hoy aprendo a no amar tus puñales y juro que esta
es la última lágrima que por ti, mi alegría derrama."
Lindo poema y mejor final.. me gustó..
Un abrazo desde Paraguay--
Raúl Daniel
Muchas gracias Raúl, un deleite tu comentario. Un abrazo desde Lima!
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