Agitándose el cabello,
Con el viento de otoño,
Caminaba ella
Al borde de un abismo.
No vayas la muerte acecha,
Y en tus ojos incoloros
La puedo ver,
Le dije.
-no has de preocuparte,
Mis ojos ya no tienen alma,
Más un suspiro, cuando se acaba,
Llora el aire, látigos de agonía.
Respondió.
Luego cayó…
En ese entonces,
Entre la vida y la muerte,
Posaron sus ojos,
Ella con la luna.
Francisco De Tescia.
- Autor: Francisco De Tescia (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de enero de 2014 a las 17:06
- Categoría: Amor
- Lecturas: 90
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Es un buen poema me agrado bastante el simil en el mismo.
Saludos de amistad
Muy hermosa la lectura y la rima de tu poema amigo Francisco...
Un saludos de amistad y afecto...
Críspulo el Hombre de la Rosa...
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