Muñeca negra de trapos azules, cabellos de mopa amarilla que remembra mis sueños.
Los que fueron de ambos, tuyos y míos, los mismos que fuimos uno.
Te veo guindada como queriendo besar y yo parado queriendo abrazar, a ambas, las mujeres de mi vida.
De pie me pasa el tiempo esperando el que ha de llegar, haciéndote de carne para de tu boca escuchar, las primeras sílabas, la repetida y esperada pa.
Llevo mi alma impregnada de tu madre, mi majestad, la que te traerá algún día hasta mí, queriendo como hija mía a mi muñeca de trapos azules y mopa de oro con rizos de amor.
Te espero.
- Autor: Eduardo Pessoa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de enero de 2010 a las 00:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 737
Comentarios5
La ternura da vueltas como un espiral entre verso y verso.
Muy bueno, tu poema y como trataste el tema. Original, por cierto
un beso enorme
Una dedicatoria clara, tierna y dulce.
Se siente y se palpa amor paternal y transparente en éste Poema,
Saludos,
Alviz Neleb
HERMOSA POESÍA DE UNA GRAN TERNURA
TE FELICITO
CARIÑOS
Qué ternura tan fuerte,
es de hombre sensible.
Muy bello tu canto.
Un abrazo
Precioso y tierno poema Eduardo... Imagino que cuando sea mayor se lo dejaras leer.
Petonets,
Libra *M*
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