La Rocío y el Pancho.

nelida anderson parini

El Pancho que no podía

ponerse los pantalones

con jaleos y empujones

dominarles pretendía,

como un loco se movía

queriendo hallar los zapatos

gritando mil alegatos

de su suerte renegaba,

mientras la casa temblaba

con todos sus arrebatos.

 

Su madre que le escuchaba

profiriendo maldiciones

la razón de estas acciones

inquieta se preguntaba,

en tanto que se acercaba

alarmada al aposento

buscaba tomar aliento

abanicando sus manos,

más fueros intentos vanos

por mas que se echase viento.

 

Y mientras esto ocurría

el Pancho ya está compuesto

su ropa se había puesto

y hasta correcto lucía;

pero su madre pedía

a voces explicaciones

y entre gesticulaciones

su ingratitud cuestionaba,

al tiempo que le lanzaba

diminutos coscorrones.

 

El ánimo del chiquillo

comenzó a exasperarse

y en lugar de avergonzarse

se encendió como cerillo,

en sus ojos aquel brillo

del enojo exagerado

de saberse acorralado

a merced de su mutismo,

le sumió en ardiente abismo

y calló desesperado.

 

La mujer con su ajetreo

fue apaciguando su enojo

miró al chico de reojo

en medio de aquel jaleo

y entendiendo que era feo

tanta amenaza y barullo

del grito pasó al murmullo

y extendió suave su brazo

para abrigar con su abrazo

al hijo que era su orgullo.

 

Rocío que en un instante

comprendió su grave error

 olvidando su furor

ablandó su agrio semblante;

sí al final con tal desplante

corregir no lograría

hablando con grosería

las actitudes del niño,

entendiendo que el cariño

mayor provecho daría.

 

El Pancho convulsionado

con el cambio repentino

con aquel gesto se avino

olvidando lo pasado;

con el rostro ya aliviado

y la mirada sumisa

besó a su madre sin prisa

con gran ternura en la frente

y la escuchó de repente

romper en plácida risa.

 

Igual que entre odio y amor

media una línea  fina

la hilaridad repentina

convida a  mejor humor

y al descartar el temor

al regaño o reprimenda

el final de la contienda

llegó en un momento extraño,

cuando el diálogo era huraño

y la aspereza era horrenda.

 

A veces las emociones

nos llevan a actuar violento

se nos nubla el pensamiento

y nos ciegan las pasiones,

nos negamos a oír razones

creando grave problema

cuando a un simple dilema

magnificamos la trama,

 hasta llevar nuestro  drama

a una condición extrema.

 

Si pides explicaciones

cuídate de ser prudente

pregunta en forma decente

sin groseras alusiones,

amenazas o empellones

dispensar no es nada bueno

es mejor estar sereno

y usar modo recatado,

con el ánimo adecuado

 dialogar es más ameno.

 

 

 

 

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Comentarios +

Comentarios16

  • Maria Hodunok.

    FENOMENAL MORALEJA, NELIDA, cuanta razón hay en tu poema de hoy ¿para que sirve discutir, si con una sonrisa, logramos lo mejor?, me encantó y tu manera de narrarlo es excelente, poetiza, gran placer es leerte.

    CARIÑITOS DE ALEGRIA.

  • Ayelén

    Muy buena reflexión nos regala poetisa. saluditos. ayelén.

  • la negra rodriguez

    Cosas de madres y de hijos, me recuerda a mí misma y cuando veo a mi hija con su hijo las mañanas apurandole para ir a la escuela, para que coma, yo le regaño pero se que es natural todo aquello. Así vamos forjando con hilaridad los vínculos, los nexos. Cuando se actúa con amor, el amor predomina a pesar de los enojos. Lindísimo poema

  • la negra rodriguez

    no puedo poner estrellita mo me sale la opción mi maquina anda mal.

  • boris gold

    Alejandra, lo del Pancho no tiene desperdicios.
    Un beso

  • ADRIANA MORA

    muy interesante tu poema...y además tiene un gran contenido de humor..me encantó.

  • El Hombre de la Rosa

    Una soberbia muestra de tu genial arte poetico
    Saludos de Críspulo

  • GAVASE

    Grandes reflexiones nos dejas en diez mágicas décimas encadenadas.
    Un placer visitar tu talento.
    Un abrazo de amistad y respeto.

  • jorgeluisotero

    Como siempre un ritmo exclusivo, y admirado, solo te dire que lo guardo.
    un abrazo.

  • Raúl Daniel

    Sigues haciéndome acordar al gran poeta argentino José Hernández..
    Un beso argentino desde Paraguay!!!
    R_D

  • Alejandro O. de Leon Soto

    DECIMAS MARAVILLOSAS de octosílabos PERFECTOS......la reflexión que nos dejas no tiene precio., su lectura una maravillosa experiencia por su ritmo y contenido......soy un perdido admirador de ti y tus letras mi querida NELIDA.....BESOS.

  • amapolanegra

    Eres increíble amiga. Una buena reflexión en un espectacular poema..
    Felicidades una vez más
    Abrazos enormes linda

  • HERMINSON YULE RIASCOS

    Quiero decirte NÈLIDA què dècimas màs hermosas con la moraleja incluìda, con alegar nada sacamos ni enseñamos y laternura engrandece y educa, un abrazo y ,mil felicidades mi TICA del alma.

  • bonifacio

    Una gran lección que debí haber leído antes de salirme de madre.Tu pluma es exigente y generosa.Felicitaciones.
    Besos

  • Angst

    No, me dejas perplejo con la belleza de tus versos, demuestras y un gigantesco talento, con inteligencia y corazón, realmente eres extraordinaria. Cuántas veces no nos hemos dejado llevar por nuestras emociones, actuando de manera imprudente y violenta, nuestras bocas son filosas espadas que hieren con bravía y rudeza, y a veces, cuando nos entra la reflexión, puede ser demasiado tarde. Es más ameno dialogar, esa es la reflexión que nos dejas querida Alejandra, dejar de lado la violencia y emociones, y pensar como seres humanos, no como algo diferente. Me encanta que escribas, sabes que te llevo en mi corazón, y que siempre estoy a pendiente de tus temas, que son realmente impresionantes. Te dejo mi estrellita, mi saludo y abrazo fraternal a través de la distancia hermosa Alejandra. Bye.

  • Hugo Emilio Ocanto

    Muchas gracias Nélida por la maravilla que hoy has plasmado.
    Te envío mi saludo, y un fuerte abrazo.
    Hugo Emilio.



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