El eco de su voz está en todos los rincones.
Trato de cogerlo.
Mimarlo.
Como si fuera un tesoro divino.
Como si fuera el último oxígeno presente en la tierra.
Su sonrisa.
Escapa a través de la pantalla de mi ordenador.
Lo cubre todo.
Su sonrisa envuelve todo mi Ser.
Calma mi ansiedad.
Sus labios
siluetas de montañas escarpadas
que ansían ser escaladas y coronada su cima.
Sus labios
Con sabor a chocolate puro.
Mi pasión.
Su cuerpo moreno.
De piel suave y dulce.
Trepidante, terso y apasionado.
Entregado.
Que se mueve al ritmo de danzas.
Sus ojos,
me incitan y apasionan.
Los miro y remiro.
Ojos tiernos llenos de amor.
Me miran, hablan y se insinúan.
Deseo más allá de lo prohibido.
Ardiente espera de la pasión.
Reflexivo verbo amar.
Inagotable fuente del conocimiento.
Cuerpo en carne viva.
- Autor: a.moriel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de enero de 2014 a las 08:35
- Comentario del autor sobre el poema: En la misma línea que el poema anterior del poemario: La mujer que quiero I.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 64
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Un grato placer leer tus hermosas letras de amor amigo...
Saludos españoles de amistad...
Críspulo el de la Rosa...
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