Estaban, maestro y discípulos, caminando por una carretera que cortaba un frondoso bosque, cuando surge un asaltante de caminos a través de los árboles.
—Dadme todo lo que lleváis —pronunció el asaltante—, pillando a todos por sorpresa.
—Lo siento —dijo el maestro—, solo tenemos algunas piezas de frutas que podemos compartir contigo.
—No, quiero dinero —exasperó el asaltante—, pero eso también me servirá.
—Puedes llevarlas todas —consintió el maestro—, pero permíteme que te haga una pregunta: no crees que es pecado lo que estás haciendo?
—Sí, todos los maestros sois iguales: se piensan que con palabras se alimenta una familia, bah! —exclamó el asaltante.
—Y si es un pecado —continuó el maestro—, debes estar preparado para asumir las consecuencias.
—Eso no me preocupa, porque robo para alimentar a mi familia. —dijo el asaltante—.
—Puede que no te preocupe a ti —dijo el maestro—, pero preocupará a tu familia que tenga que compartir el pecado contigo? —inquirió el maestro—.
—Pues claro que no les importa —afirmó el asaltante—.
—Yo no estaría tan seguro —dijo el maestro—: por qué no les preguntas?
—Sí, lo haré, pero mientras lo hago dejaré a unos amigos aquí.
Y se fue el asaltante a su casa a preguntar a su mujer e hijos sobre si les gustaría compartir su pecado así como compartían su comida.
Al volver, el asaltante se tira inmediatamente a los pies del maestro y le dice:
—Gracias querido maestro, me has abierto los ojos, ni mi mujer ni mis hijos aceptan compartir mis pecados, sino solo la comida, que lo que hago para mantenerlos es problema mío.
«Lo siento, pareces ser un buen maestro, déjame seguir tus enseñanzas. He cometido muchos pecados, dime qué hacer ahora.
—Sí, has cometido muchos pecados, y ahora debes purgarlos todos! —dijo el maestro—.
Y así empezó aquél nuevo discípulo que luego se convertiría en sabio…
- Autor: Luigi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de enero de 2014 a las 05:15
- Comentario del autor sobre el poema: Esta es más o menos una de las leyendas sobre la historia de Valmiki, un sabio hinduista. Y también puede ser una historia tan común sobre muchos Valmikies, no tan sabios. La sabiduría siempre ilumina cuando estás dispuesto a descubrir la verdad. Que así sea! © jose luis iglesias ros
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 100
- Usuarios favoritos de este poema: Ayelén, kavanarudén, El Hombre de la Rosa
Comentarios6
Los motivos no justifican los medios, muy chulo el cuento, un abrazo
Querida amiga Eva, gracias por el cariño.
un abrazo,
Luigi
Gracias por tus hermosas letras, querido amigo. Saluditos desde mi alma. Ayelén.
Querida amiga, gracias a ti, siempre.
un abrazo
Luigi
Mi querido poeta.
Inspiraciòn pura destila por tu pluma querido poeta.
Mucha ensenanza hay en tu cuento amigo.
Mil bendiciones.
Kavi
Querido amigo Omar, amo la poesía, es cierto, pero no soy poeta. Amo escribir pero no soy escritor. Amo a la vida, e por los amigos, intento ser lo que soy...un amigo que escribe.
un abrazo
Luigi
Especialmente amena y gratificante ha sido la lectura de tus geniales letras amigo Ideluis
Abrazos de amistad desde Torrelavega
Críspulo el de la Rosa
Querido amigo Crispulo, es un placer muy grande recibir tu abrazo y más, tu consideración.
Tienes la mía también...
un abrazo,
Luigi
Una gran reflexion que conmueve el alma.
Me gusto
Saludos de amistad
Querido amigo poeta, muchas gracias con igual conmoción.
un abrazo,
Luigi
Querido amigo Silans, esto es una leyenda, pero claro, las leyendas también tienen su fondo de verdad. Muchas gracias!
un abrazo,
Luigi
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