En medio de la noche,
estalla el grito de mi deseo,
sólo tengo por testigo al silencio
de este gran anhelo,
sólo escucho mi propio eco;
es locura vivir con eso.
Es que existe otra voz,
que no sea mi propia voz,
mi proyección.
No encuentro mi camino,
sólo oigo gritos
en el aire perdidos.
Yo sola no me encuentro,
ni sé quién soy.
necesito sentir
de tu cuerpo el calor,
el ritmo pausado
de tu corazón.
De qué me sirve
la dicha efímera,
sin tus ojos,
sin tus amorosas manos,
sin sentir tu cuerpo ardiendo,
al mismo tiempo
que el mío tengo.
Quisiera que el cielo y la tierra,
abandonaras por mí,
quisiera que la Luna
alcanzaras para mí.
Que el volcán de tu pasión,
explotara junto al mío
en el mismo suspiro,
con un amor infinito
de desesperado frenesí.
Quiero compartir tu vida,
tus fracasos, tus triunfos,
tus cosas, tus ansias,
tu cuerpo, tu alma.
Que el mundo desapareciera,
y solos tú y yo en el Tierra
sin más remedio me quieras.
- Autor: Rosa Baladron Rodriguez ( Offline)
- Publicado: 23 de enero de 2014 a las 17:50
- Categoría: Amor
- Lecturas: 193
- Usuarios favoritos de este poema: Ayelén, El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Muy bello poetisa, saluditos desde mi alma, abrazos. Ayelén.
Gracias Ayelén por tu amable comentario.
Un abrazo. Rosa.
Muy grata ha sido la lectura de tus letras amiga Rosa
Abrazos de amistad
Críspulo el Hombre de la Rosa
Gracias Críspulo por su amable comentario. Un abrazo.
Rosa.
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