Mi pasado , mi viejo amor, fue de esas historias que juramos que sería eterna pero sólo viví a su lado un invierno y medio verano, fueron las estaciones más hermosas de mi vida. Mis manos recorrieron su cuerpo en cada luna y conquisté cada valle y montaña que encontré a mi paso, siendo su corazón lo único que jamás logré gobernar.
Mi cuerpo aún añora su aroma, el tacto torpe pero preciso de sus caricias y es que la quise tanto que no logro concebir que su amor se me escapara como arena de las manos.
Pero, ¿De esto se trataba? Jugar a amarnos para que después su ausencia pulverizara mi razón. Ya no creo en historias de hadas si el único cuento acabó en palabras de odio y besos a otros labios sin sabor.
Mis pies intentan seguir sus pasos pero la neblina ahora ha cubierto sus huellas llenas de errores y gotas de sal consumidas por la tierra; su sonrisa hoy se me hace tan lejana como el amor que aguarda su regreso.
... Sí, toda mi vida se resume a un invierno y medio verano. Sólo bastó ese corto período para saber lo que era amar.
- Autor: Sue P (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de enero de 2014 a las 23:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 197
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios3
hermoso
abrazos
Gracias,
saludos.
Un poema que sale del alma mesclado con varios sentimientos y con un solo fin que es el extranar
Saludos de amistad
Correcto, es un placer para mí que estas humildes líneas siempre sepan expresar lo que siento.
Saludos de amistad.
Gratificantemente bella ha sido la lectura de tus hermosas letras amiga Sue P
Abrazos de sincera amistad
Críspulo el Hombre de la Rosa
Mi estimado, agradezco tus palabras. Un abrazo a la distancia.
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