Héroe hermoso caído,
que a ciegas a un inerme combatías
hasta que te envolvió una luz divina,
súbita, en tu designio,
que por tres días te paralizó,
herido a muerte sobre el corazón
de un verso enardecido;
y una carrera a zaga de la muerte
emprendes hoy tras una faz doliente
que nunca has conocido:
No llores siempre, pues vendrán mil llamas
desde el cielo, fundiendo nuestras almas
ante el sepulcro mío,
cuando traigas con alma compungida
ramos de nomeolvides, siemprevivas
y pensamientos finos.
Y, al andar solitario por la costa,
huirán en las bandadas de gaviotas
tu espíritu y el mío.
- Autor: Juan de España (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de enero de 2014 a las 14:51
- Comentario del autor sobre el poema: Os brindo este poema con ocasión de la fiesta de la Conversión de san Pablo, por tratarse de una transposición al plano sentimental de ese acontecimiento. Trato de expresar en él una ciega hostilidad contra alguien que nos ama, pero que nos resistimos a amar, hasta que nos viene la luz, quizá demasiado tarde...
- Categoría: Triste
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Ayelén, El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Muy lindo, mucha verdad poeta, saluditos. Ayelén.
Perdón por mi retraso en darte las gracias
La belleza de tus letras ilumina el alma de tu poesía amigo Juan de España
Saludos de amistad de Críspulo
Me disculpo por mi retraso en manifestarte mi agradecimiento
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