MUJER DEL SOL

arturo maldonador

¡MUJER DEL SOL!

Tu color de sol,  me inspira,

así que cada amanecer,

con mis ojos en las sombras,

te distingo tras el cristal,

abro la puerta y estás allí,

a donde mire, claridad,

eres hija del astro rey,

en un beso, pinto tu piel,

hoy conozco la rendija,

de tu rostro, huella de la luz,

acompaña a mi soledad,

da calor tu compañía,

fija al ojo de la mente,

por la noche, en la oscuridad,

el lucero tan brillante,

que va subiendo en el cielo,

en tus ojos tan despiertos,

al amanecer, tu aurora,

con la fiesta de colores,

de tu piel con sus otoños,

adorna la imaginación,

del solitario observador,

que se la pasa mirando,

en los espejos que rodean,

aquellos tonos que escondes,

y que al separar las ramas,

descubro el tallo de tu árbol,

cuando vuelan mariposas, 

movimiento de tu cuerpo, 

cuando caminas hacia mi,

me gozo en tus brillos áureos,

que pronto, me los compartes.

EL POETA DEL AMOR. 26-01-14.

CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.

  • Autor: arturo maldonador (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de enero de 2014 a las 01:18
  • Comentario del autor sobre el poema: El color de la piel, es motivo de la inspiración, cuando se mira y se acaricia. En ausencia de esa experiencia, un poema, es un pedacito de lo que se piensa de la piel que el sol pinto.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 1305
  • Usuarios favoritos de este poema: soki, El Hombre de la Rosa
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Comentarios2

  • soki

    QUERIDO ARTURO,
    PRECIOSOS VERSOS Y HERMOSA NOTA DE AUTOR. ME ENCANTO

    BESOS Y ABRAZOS, SOKI

  • El Hombre de la Rosa

    La hermosas letras de tus versos alumbran la poesía de tu poema amigo Arturo Maldonador...
    Yo también suelo escribir bellos poemas amigo mio.
    Saludos de afecto y amistad de Críspulo

    • arturo maldonador

      Gracias:
      Escribo con el corazón, a veces contrito, en otras expandido. Cada mujer es un arco iris, de blanca a oscura, y en cada punto, enamora al hombre. De una vengo a esta vida, y en mi peregrinaje, mentales, virtuales o de a de veras, corporalmente, han sido mi compañía. Todas son una, y en una están todas. La esencia de la mujer, es el bálsamo para mi vida. Mi memoria de vida, guarda a cada una. Por una mirada, por una ilusión, por un anhelo, fantasía, y de vez en cuando, en la escasez, por una relación que no comprendí, o en la duración temporal de un beso.
      ¿Pero qué es permanente? Nada, en esta vida. Sólo lo sutil permanece para el más allá. Hoy le canto con mis palabras a la mujer, mil rostros velados en la mente. Saludos.



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