blanco y casi muebles no tenían, mas bien eran cajitas arrinconadas
hacia la pared. Logre sentarme en una caja en forma rectangular,
por que estaba muy cansada, y Benjamín en una caja chica.
En eso llego Tedy y nos ofrecio un vaso de agua, lo que acepte muy
ansiosa, y cuando la trajo me impresiono el color de esta, era trans-
parente pero como cristalina y su sabor era diferente al agua que
tomamos en casa, estaba muy fresca.
Tedy se sento en otra cajita y ahí los tres reunidos, me contaba lo
perjudicial que era el monstruo, y que no solo estaba en un planeta
si no venia de uno a otro por miles de años.
Me contaba esto Tedy, cuando entro uno de sus gemelos, (por que
para mi todos eran iguales) agitado diciendo que el monstruo
estaba cerca de ese territorio y ellos muy asustados.
Tedy se levanto y dirigiéndose a Benjamín le dijo
-ya es tiempo Benjamín, ¿tienes tu arma?
-si, aquí la traje, me falta apretarla bien y nos vamos-le respondió
y en cosas de segundo, preparo un arma de legos pero mucho más
grande de las que yo le había visto. Se pusieron de acuerdo con
Tedy y salieron juntos con pasos decisivos y yo detrás de ellos si-
guiendo a mi hijo donde fuera.
Caminamos mucho cuando, llegando a una loma de cerro, tedy se
detubo y nos dijo –miren hacia allá abajo, ahí esta el monstruo y se
esta alimentando. En realidad el monstruo no era como yo lo
imaginaba, con gran cabeza, colmillos afilados, o grandes patas o
manos. Más bien lo que yo veía, era una espesa nube de humo
negro, que dentro de ella giraban objetos, por la gran fuerza del
viento que producía. También tenia mucha basura y a medida que
avanzaba iba dejando un espeso y fétido liquido que cubría en
Instantes toda la naturaleza que encontraba a su paso.
Tedy, me decía que al acercarse al monstruo, generaba un gran
calor que quemaba todo lo que había en su alrededor.
Sin darnos cuenta, el monstruo ya estaba muy cerca de
nosotros, y yo quise ir a esconderme, pero recordé que tenia
que cuidar a Benjamín, y le dije a los dos que corriéramos, pero
Tedy me dijo que no, que ese era el momento de combatirlo, y yo
me asuste mucho y me quede callada para que ellos decidieran
que hacer.
Ya estaba sintiendo el calor del monstruo, algo parecido a los
días de verano en santiago en pleno centro de la capital y el humo,
que veía, también se parecía a los meses de invierno.
Benjamín saco su arma secreta y en un dos por tres armo algo así
como una gigantesca aspiradora y la dirigió hacia el monstruo, en
cosas de segundo ya había cambiado de color, casi no tenia. Pero
aun seguía los vientos y la basura girando y el liquido espeso
manchando todo.
Después con su arma armo cuatro cuadrados, como
especies de contenedores. Uno verde, azul, rojo y amarillo, y con
su arma que más bien parecía una aspiradora, succiono toda
la basura que fuera de desechos de plástico y la arrojo al
contenedor rojo. Luego siguió succionando, pero ahora tomo
todos los desechos que fueran de papel o cartón, para luego
depositarlos en el contenedor azul. Ya el monstruo iba perdiendo
forma pero no dejaba de tronar y despidiendo el fétido liquido
negro. Volvió a succionar benjamín, pero esta vez fue todo lo que
esta hecho de vidrio y lo vació en el contenedor amarillo. Ya casi
no se veía basura pero faltaba lo más difícil. Volvió a succionar y
tomo todos los restos de basura que quedaban que solo eran restos
de comidas y desechos orgánicos y los hecho en el contenedor
verde .Ya el monstruo era casi transparente a no ser por la mancha
negra que despedía. Me di cuenta que ya el calor no lo sentíamos
y lo que quedaba de aquel monstruo era solo el liquido negro y
espeso.
A tedy ya se le notaba la cara de alivio, por que a mi hijo le
faltaba muy poco para vencer al monstruo.
Cuando Benjamín ya quería aspirar el liquido que faltaba, su
arma comenzó a calentarse como queriendo fundirse, por el gran
esfuerzo que esta, había hecho. Y el líquido no era fácil de aspirar
ni de retirar del suelo, no hubo forma alguna, Benjamín no pudo.
La tristeza de mi hijo se reflejo en sus ojitos, y no hallaba que
hacer con aquella mancha, que seguía comiéndose la naturaleza
que estaba a su paso.
Yo le dije – hijo yo te ayudare, no te rindas-
-y como mama, es imposible- me contesto
- solo arma muchas herramientas parecidas a una pala, y tedy,
sus gemelos y yo, te ayudaremos a quitar esta mancha con
nuestras propias manos-.
Sus ojitos brillaron al instante y como magia ya había armado
las armas parecidas a las palas. Le pase una a cada uno de los
Gemelos, una para mi y tedy, y empezamos a cavar y a retirar toda
la mancha negra. Benjamín armo un contenedor pero de color
negro y ahí vaciamos los restos de esta mancha. Cuando terminamos, todos
nos abrazamos, por que el monstruo ya no existía, y a mi hijo le di un gran beso
por ser muy valiente y saber defender la naturaleza.
Nos fuimos a casa de tedy y nos tomamos un te festejando el
gran logro, pero ya era hora de marcharnos a casa con Benjamín, y
le pedí a tedy que nos dejara en el lugar que estaba nuestra cama.
Tedy me dijo no hay problema, y en cuanto nos sentáramos en la
cama, volveríamos a casa. También me dijo que Benjamín era un
niño de una nueva generación, de los que cuidan su medio
ambiente, por que tan chiquitito y supo vencer al monstruo. A pesar
de que el monstruo lo creamos nosotros mismos con nuestra
inconciencia hacia la naturaleza.
Llegamos al lugar donde estaba nuestra cama, y nos
despedimos de tedy, quien nos prometió que nos visitaría. Yo di
la ultima mirada a ese paisaje tan maravilloso que ni en cuentos
me lo habría imaginado, tome a benjamín entre mis brazos y me
senté a esperar que ocurriera la magia para volver. Tedy y sus
gemelos se alejaron y de pronto sentí un gran cansancio que me
dieron ganas de recostarme en la cama, y apreté a benjamín en mí
pecho. Sentí un resplandor que nos envolvía, cuando la mano de mi
marido toco mi hombro preguntando –que le pasa a benjamín, esta
inquieto durmiendo- en ese instante me di cuenta que ya estaba en
casa. Y me entro una sensación de duda, de que todo había sido un
sueño, a si que tape a Benjamín y me fui a dormir.
El reloj sonó a las 07:00 AM., y nuevamente a levantarse, hago
mis cosas de costumbre hasta que dan las 09:00A.M. Y me recuerdo
que tengo que levantar a benjamín para que valla al jardín. Voy a
su dormitorio y al hablarlo y moverlo, me fijo que entre sus manos
tiene sus legos pero con la misma forma del arma secreta. No le
doy importancia y le digo que se levante pero me dice que esta muy
cansado para ir al jardín, yo le insisto, pero cual fue mi sorpresa
cuando me dice- ¿o acaso no recuerdas que tuve que combatir un
monstruo y tu me ayudaste?-. Quede como petrificada al comprobar
que no fue un sueño y al oído me dice – este será nuestro secreto,
pero tendrás que seguir ayudándome- te lo prometo, le conteste.
fin
- Autor: Pilar Reyes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de enero de 2010 a las 04:52
- Comentario del autor sobre el poema: y aqui esta el final, solo disfrutenlo. gracias
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 84
Comentarios2
Un cuento ecologista!! ¿sabes? creo que el mensaje es que no existe ningún super arma secreta , lo que si existen son pequeñitas palas de colores y que cada cual debe utilizarlas reciclando y aportando su granito de arena . Es misión de todos cuidar la tierra que hemos heredado y que heredaremos a nuestros hijos , tenemos una gran responsabilidad. 🙂
Un fuerte abrazo.
tienes toda la razon, por lo mismo si creamos conciencia a nuestros propios hijos, dandoles el ejemplo, nosotros mismos somos el super arma secreta. gracias por tu calificacion.
Muy bueno, tenés una imaginación a toda prueba.
Un besote amiguito
gracias linda, pero soy amiga
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