Siempre a destiempo y tarde. Escribiendo versos de otoño ahora que Febrero se asoma a la ventana.
La vida pasa, apenas, sin rozarme...
¿Qué andarás haciendo ahora? Yo no comprendo el por qué no... pero nunca estoy ahí... nunca consigo verme ahí... contigo.
Cada uno tiene sus necesidades y sueños... y mi necesidad insiste en no cambiar de forma, color ni espacio. Así que cualquier consuelo no tendrá validez alguna ,aunque bien cierto es que tampoco ha venido ninguno a visitarme en todo este tiempo. Supongo que este afán mío de llenar de malvas las alcoba no ayuda ni llama al deseo.
¿Mi mejor sueño? Insisto... como siempre... y si no insisto me puede, me tumba y me obliga de nuevo. Y aquí sigo... con una batalla perdida en el bolsillo al intentar entrar en guerra con el yo, me, mi, conmigo... Algo inútil, lo sé. Nunca conseguiré engañarme a mí misma del todo y creer que he podido borrarte de mí. Igual que este débil empeño de hacer borrar mis huellas cuando siempre he preferido dejar marcado el camino de regreso y la puerta de casa abierta, de par en par.
Pero hoy me siento en armonía con todo porque tengo las cuatro fuerzas y elementos conmigo: lágrimas, raíces, suspiros y deseos aún sin cumplir. Así, en sintonía con mi centro... con mi norte y con mi sur... al oeste con lo que fue y al este con mis sueños contigo.
Quizás hoy no sepas que detrás de esa colina se esconden los manantiales de sentimientos más espectaculares e increíbles que hayan visto tus ojos... sacados de otro mundo... más allá del universo...
Quizás un día... si te apetece... quizás... siempre quizás... pero por ese "quizás" o ese "tal vez algún día" aquí seguiré por ti. Tan solo debes dejarte seducir por el crujir de las hojas secas, a tu paso, de vuelta a casa... ese será el camino de regreso...
Comentarios1
bellisima prosa,que el camino este es lo importante!..
saludos y bienvenida!
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