Ivana estaba aburrida
en su habitación,
por eso tomo la determinación
de salir y buscar
un poco de diversión.
Estuvo toda la tarde
estudiando para el colegio
en su biblioteca.
¡Basta por hoy!
se dijo a sí misma.
"Esta noche iré a una discoteca".
Llamó a su mejor amiga Nara
que tampoco hacia nada.
"¿Vamos a bailar, Nara?
Me maquillo la cara,
le dejo alimento
a mi perro caniche
y partiremos juntas al boliche.
Prepárate porque en
cualquier momento
pasaré a buscarte
a tu pequeño departamento".
"Ivana, la entrada es muy cara",
respondió Nara.
"No te preocupes, amiga,
yo te invitaré muy encantada".
Estas dos compañeras de clase,
desde hace años son inseparables,
pase lo que pase.
Ambas fueron vistas
y consideradas las más bonitas de la pista.
Ivana, con su licuado de banana,
bailó con euforia y muchas ganas.
Mientras que Nara
rompía el corazón de los chicos
con su dulce mirada.
Volvieron a sus casas muy felices,
como buenas hermanas,
en el auto del papá de Ivana,
que amablemente las fue a buscar.
Y en ese bonito coche,
se despidieron,
en el momento exacto
en que el sol
saludaba a la noche.
- Autor: Alesantilli (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de febrero de 2014 a las 14:33
- Categoría: Infantil
- Lecturas: 221
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Un placer pasar por tus hermosas y bellas letras amigo Alesantili
Saludos de amistad
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias.
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