Busco trabajo
Busco trabajo, sueño demasiado
con ver gente feliz por todas partes,
veo hombres como hormigas repartiendo sus tesoros,
como abejas reviviendo cada día entre las flores,
veo niños que con jugar con un amigo ya todo lo saben,
escuelas por lo tanto no precisan,
ni libros salvo el árbol con sus hojas y misterios.
Busco trabajo, camino demasiado
por ciudades que no habito pues ya han muerto,
aquella de un ataque al corazón de sus nativos,
esta de soledad pese a millones de habitantes
y aquellas de volver día tras día ya anuladas
por sus esfuerzos en máquinas, en palas,
en talleres imposibles, en silencios y otras opresiones,
con ciudades que no habito pues no nacen
sino cuando te veo de mi mano y entonces
una calle, una plaza, unos vendedores aparecen
y torres de palacios y micros suburbanas
y un bar en que beber de la tristeza algunos tragos,
antes de volver a nuestras sábanas de cielo
para amarte de una vez sin más estrellas
que estos cuerpos ya desnudos y siempre solitarios.
Busco trabajo, tengo demasiadas cuentas,
con mis padres, con mi hijo, con mis propios huesos,
con unas mañanas frente al mar, con algunas tardes
en un bosque lejano recogiendo frutos,
obviamente también con los de la luz y el agua,
quién me iba a decir que dejarían de ser gratis un día.
Busco trabajo, me dicen que eso busque,
no más poemas a las vendas de la luna,
ni al mártir del horror de aquella patria,
no más contar con fe que cambiaremos,
que hay panes suficientes para todas las bocas
y sólo dignidad detrás del sol cuando amanezca.
Busco trabajo, no basta que me ocupe
de la sola cuestión de hacernos plenos,
de la felicidad, esa quimera,
o de su flor más gris, melancolía del que sueña,
no basta abaratar los costos regateando
con la noche para que nos devuelva las estrellas,
con el mar para que entregue de su voz las partituras,
con el monte para que abra sus dedos y halla ríos.
En un taller veré cómo un tornillo es igual a otro tornillo
o en un salón de clases haré clases
sobre cómo no vivir sino aprender a hacer millones,
quizá un buen escritorio es mi destino,
donde el jefe se siente y por alfombra
descanse sobre mi con sus zapatos importados.
Busco trabajo en fin, el mes termina
y he cumplido un año más o un año menos,
no sé muy bien lo que sucede, pero busco
y, en tanto, dejo aquí este fiel prontuario
de todas mis escasas aptitudes
y de mi dirección para que llamen
y me digan en qué línea del futuro
podré por fin poner mi nombre en un contrato.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
03 02 14
- Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de febrero de 2014 a las 18:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 120
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Una gran muestra de tu talento escribiendo poemas amigo
Saludos y amistad de Críspulo
Apreciadas palabras, amigo mío, mi saludo fraterno para ti.-
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