En un momento donde no había paz en mi vida, ni un momento en el que no evitara pensar en alguna confusión que llegara revoloteando hacia mi mente, decidí prender un poco de esa nicotina que tanto envenena pero que, dentro de mis ilusas emociones y creencias, me hacían sentir mas profundamente concentrado con una extraña sensación de relajación mientras llegaba el ligero mareo. Creo que necesitaba plenamente sentir eso para poder ir por pluma y papel, de otra manera mi actual cobardía no lo permitiría. Los pensamientos fluyeron y la tinta hizo el resto...
Encerrado en su habitación, oculto entre la oscuridad, únicamente una lámpara de petróleo lo podía alumbrar. Allí yacía el hombre que alguna vez fue príncipe del enorme castillo llamado “Felicidad”. Varios años habían pasado, es más, su rostro deslumbra unos cuántos años, pero su personalidad denota un siglo sin amar. Con pronunciada barba lo hallábamos sentado, escribiendo sin cesar, embriagado sin parar, llorando sin querer y solo sin más que hacer. Algunos lo juzgaban loco, lo creían un simple maniático que no tenía dicha ni razón al pensar, otros lo admiraban por su buena forma de concientizar, al final de todo las opiniones él ha de ignorar, ya lo ves… él solo quiere olvidar. ...Y así fue como decayó en los brazos de aquella plebeya, llevaba tanto sin saber de ella. Era de más decir que el notaba algo raro en esta sensación, ¿cómo explicar un sentimiento del cual te pide a gritos saber de esa persona, ver a esa persona, platicar con esa persona y saber que pasaría con la misma persona? No es fácil superar un momento así, cuando descubres que estás entregando algo a lo que bien se podría llamar cariño puro y te das cuenta que lo más seguro es que no seas el único que lo recibe, TU LO VISTE, ¿qué piensas? ¿qué haces? ¿cómo reaccionas? Yo no pude hacer otra cosa mas que guardar silencio, sentirme incómodo, sentirme fatal de estar como vil obnubilado dando besos y abrazos al por mayor cuando desde lo más profundo de tu conciencia sabes que cuesta mas que cualquier tesoro poder entregar tu cariño sin problema alguno. Sabes que no tienes las pruebas suficientes para poder confirmar el caso, pero, todo el pasado está de testigo. TODO lo que vivieron ellos, ¿Crees que eso se olvida de un día para otro? No, yo tampoco. "Huyes, huyes y te vas en un rincón”, es lo primero que hacen tus sentimientos y pensamientos, tu lógica y tu raciocinio. Si, también es el primer más grande y estúpido error pero, ¿qué quieres que haga? No es fácil dominar a los sentimientos ni por muy maduro que estés… Así que este día tan solo quiero escribir y escribir. Escribir mis sentimientos aunque hoy no rimen, escribir lo que pienso y siento sin miedo a ser juzgado por ser un cobarde al no decirlo y mejor callarlo pero, ¿Qué le hago? Así soy yo, no veo el porqué de querer lastimar más a la herida si con el tiempo sanará.- Autor: Eduardo Rangel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de febrero de 2014 a las 17:06
- Comentario del autor sobre el poema: El título lo dice todo.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 583
- Usuarios favoritos de este poema: UnaPoetaSum, El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy gratificante ha sido la lectura de tu poema amigo Eduardo Rangel...
Saludos de amistad y afecto
Críspulo el Hombre de la Rosa
Satisfecho de recibir sus saludos y aprobación de la lectura.
Saludos y abrazos para usted, querido amigo.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.