Estos clérigos de dios,
¡tan buenos, tan complacientes!
hacen dudar a la gente
y que a dios le den su adiós.
Pues si dios es indulgente
y siempre está a nuestro lado,
nunca podrá ser juzgado
en la misma proporción
aquel al que le han matado
que al que al matado mató.
Esta es una conclusión
que no tiene vuelta de hoja
y aunque el obispo la coja
y la envuelva entre algodón
las cosas son como son
-lo escribió Pio Baroja-
vasco como monseñor.
Poner en el mimo plano
al verdugo e inocente
ni es humano ni cristiano,
y menos propio de hermanos,
pues resulta incongruente
que pretenda el buen señor
que ambos se tiendan la mano
¡anda! como si nada pasó.
Después de pedir perdón
y compensar las heridas
esta gente mal nacida
tendrá que hacer contrición
-no darnos explicación-
y penar toda su vida
por tan criminal acción,
¡que interceda monseñor
y en el cielo dios bendiga!.
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de febrero de 2014 a las 00:01
- Comentario del autor sobre el poema: Es preciso recordar que la banda terrorista ETA, con cerca de mil asesinatos de personas inocentes a lo largo de su terrible historia, se gestó en los conventos y los púlpitos de las iglesias del país vasco. En esa época cuando una persona moría era difícil encontrar un sacerdote que se prestara a celebrar un responso por la misma. La misma iglesia católica que se declara Universal y tiene entre unos de sus principales Mandamientos el de no matar. Ahora el sr obispo trata de hacer borrón y cuenta nueva y, apelando al dolor, meter en el mismo saco a los verdugos y las víctimas. Pues no. El mismo sentido común que se supone dios nos ha dado nos dicta que eso no sería justo, un agravio comparativo. Y por tanto, no propio de dios.
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 63
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, arnaiz
Comentarios1
Que razón tienes amigo Donaciano Bueno
Amigo ha sido muy grato leer tus letras...
Saludos de firme amistad...
Críspulo el de la Rosa
Es una pena lo frágil que es la memoria humana especialmente desde aquella populosa manifestación nacional en señal de duelo por el asesinato de Gregorio Ordoñez. Y qué decir de la actitud de la iglesia.
Ver para creer. Saludos.
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