Desperté en una mañana otoñal,
la primera mañana de otoño,
fui despertado por las sonoras carcajadas
de mis mujeres, me levante
y llegue donde estaban jugueteando
una con la otra, sentí una alegría desbordante
que llenó todo mi ser,
como hacía mucho no había sentido.
Desayunamos y salimos a recorrer el paraje,
tomados de las manos corrimos con desenfreno,
las hojas amarillentas de los árboles
caían y revoloteaban movidas por el viento
como negándose a caer.
Corrimos hasta rodar, nuestras carcajadas
retumbaban por todo el lugar,
rodamos sobre la mágica alfombra
creada como por encanto.
conformada por el largo césped
cubierto por miles de amarillas
Y preciosas hojas.
Había en todos una felicidad infinita
el tímido sol se colaba entre la espesura
de los árboles casi desnudos.
De pronto un fuerte rayo de sol
castigó mis ojos, desperté a la triste realidad,
todo fue un dulce y maravilloso sueño.
deseé como nunca no haber despertado jamás
de ese inenarrable sueño.
Lamentablemente sólo fue un sueño.
- Autor: Silvestre Sendero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de enero de 2010 a las 10:23
- Categoría: Amor
- Lecturas: 108
Comentarios1
muy hermoso poema...
un abrazo=)Lau
Agradezco tu comentario espero los leas todos ya tengo varios en este sitio
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