Vivimos derribando pensamientos que nos esclavizan en la claridad de la oscuridad, librándonos de culpas y del pecado de la sangre. Vivimos desvistiéndonos y vistiéndonos en la batalla ganada del ser uno mismo Vivimos aprendiendo a disfrutar lo que tenemos, a ser feliz A vivir, en el tener derecho. A vivir, en victoria, sin vergüenza y, en la risa abierta del error reconocido, sin humillaciones. A vivir, cubriéndonos el pecho en la autoridad del pensamiento cuando el dolor duele y en la frente alta de la lucha la que nos alimenta la honra y la dignidad, nos fortalece y la palabra, crece. Vivimos, en la palabra que habla de uno, de nuestra vida, de nuestros hijos, de nuestra familia, de los sueños y de la fe. La palabra es, uno. Uno, en el resplandor que contiene la verdad, los legítimos y verdaderos valores, amándonos con amor, encontrándonos, en las alas desplegadas de la paz y en la esencia de la mano de Dios. la certeza es, la semilla. Uno, es la semilla de la palabra para dar y para amar, siendo. Siendo uno mismo. Siendo, su mano la escucha donde oigo su voz y en mi, me declaro y confieso en oración silenciosa, única e irrepetible, amada y bendecida, en la luz de su gloria Hija Mujer Amada y Amante del Señor
Mané
- Autor: Mané (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de febrero de 2014 a las 10:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, ADOLFO CESAR MARCELLO
Comentarios1
Una grandiosa prosa literaria estimada señora Mané
Saludos de tu amigo Críspulo
Graciasss Poeta El Hombre de la Rosa por sus atentas palabras... Mané
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