"Para mi la soledad, no se siente
para mi la soledad, es un estado
pues igual puedes sentirte solo
aunque estes rodeado de la gente."
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Véte soledad, ya estoy cansado
de sentir dia a dia tu presencia
apartate para siempre de mi lado
si aun tienes un poco de conciencia...
Véte soledad, yo te lo pido
no te quiero ya jamás a mi lado
son muchos los años que has vivido
manteniéndome solo y amargado...
Véte soledad, yo te lo exijo
ha vuelto a mi vida, la esperanza
un nuevo amanecer, más prolijo
que ya tu manto, no me alcanza...
CAZA
17/02/2014
- Autor: Cesar Zamora ( Offline)
- Publicado: 17 de febrero de 2014 a las 09:47
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 104
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, UnaPoetaSum, Isis M
Comentarios3
Una maravilla la lectura de tus geniales letras estimado amigo Loguisstar
Un abrazo de amistad de Críspulo
El Hombre de la Rosa
Gracias mi estimado amigo Críspulo, por tus comentarios y tu amistad saludos desde República Dominicana
para mi la soledad es diferente, digo porque me hace escuchar maravillas en los silencios, me hace inspirar, me hace reflexionar, no todo es malo de ella, ves hasta un bonito poema saco de tu corazón.
saludos de colombiana
Asi es mi querida amiga Colombiana, gracias por hacerme sentir que no estoy solo, que Dios te continue bendiciendo
..sí, y cuando la soledad se experimenta así (como dice Colombiana), es que ya no hay ninguna soledad, sino que se vive o se avanza paso adentro en la plenitud.
Hay soledad que es un sentir ausencia de los otros, hay soledad que es sentir ausencia de uno mismo - como si anduviéramos nada más con el cuerpo y el alma se nos fue quién sabe donde -; y hay soledad que es sentir ausencia de Dios.
Un poco entre jocoso (también diciéndomelo a mi mismo) uno puede aventurarse a pensar posibles remedios para cada una, a ver:
La primera soledad se remedia haciendo unas llamadas, quizá unas visitas, y saliendo en compañía, jugando, divirtiéndose; la segunda conversando consigo, perdónandose, animándose, diciéndose que hay que seguir, levantarse, no lastimarse, sino diciéndose expresiones tiernas, del más grande amigo que deberíamos tener: uno mismo; y la tercer soledad, haciéndole unas oraciones a Dios que a fin de cuentas es conversar con El, contarle la cuestión, pedirle apoyo, ánimo, compañía, cantarle una canción, y hasta salir a caminar con El.
Sabias palabras de análisis mi querido Mario, gracias por pasar por este humilde rincón, Saludos
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