En el jardín de mi casa, las rosas gritan tu nombre,
Porque dicen que no han visto la mujer que las recoge;
¡Pero que la van ver!, si muy lejos te has marchado,
Y ellas siguen floreciendo soñando estar a tu lado.
Pero tú que las dejaste cuando aún eran capullos,
Ellas te siguen llamando como yo con mucho orgullo;
Te amaban igual que yo y florecían alegres,
Porque cuando las cortaba llevabas una a tus sienes.
Sus colores muy brillantes como el sol de la mañana,
Y su aroma embriagante entraban por tu ventana;
Y allí tú y yo muy dormidos respirando esa fragancia,
Nos dábamos un abrazo sin importarnos más nada.
Esta tarde bajaré para regarlas cual siempre,
Y de ti comentaré que te he visto nuevamente;
Y que conservo cual ellas la esperanza de un regreso,
Y así las recogerás, mientras nos damos un beso.
Entonces rosas y yo, estando tú con nosotros,
Ya no habrá melancolía que nos rompa el corazón;
Veremos crecer las rosas en el jardín de mi casa,
Y yo te diré mi amor, mientras tú, fuerte me abrazas.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita
- Autor: José Miguel Pérez Amézquita (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de febrero de 2014 a las 10:43
- Categoría: Amor
- Lecturas: 504
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