Nuestras espaldas sonaron, mirando hacia el norte y el sur hace rato.
Llevo ya varios kilometros en este viaje, al que solamente me
lleva ala incertidumbre un dia a dia.
Cada aclaracion en esta individual ruta, se me oscurece mas
y mas.
Por momentos, en este viaje percibo señales de
humo, que vienen del norte.
Ese maldito arbitrariocajon gris, hace rato
atras quedo. Persistio dia a dia durante un
buen tiempo, el cual un instante en nuestras
vidas se fue. Marcada fuego en lo
mas profundod, estampada en la sangre quedo.
Fue una larga fiesta, la cual nos
tuvieron que despertar, de aquella conbinacion
de ritmos caribeños. Bailamos a una intensidad
inedita, nos apagaron la musica, prendieron las luces
fue el fin de una era. La cual promete volver
con mas entusiasmo.
como sea buscare el camino que
me lleve a esos nostalgicos y magicos,
calores de espesos humos.
comenzo a nevar, y este camino se hace mas
dificil avanzar.
Este sendero nada mas, en cofradia se puede hacer. Aunque
la fiesta en el centro nunca falto, ala hora de la cena,
siempre estoy llegando.
pero aunque utopia ala
vuelta este, lo imposible hare por ver,
al sol en su mejor cara, a media cerveza
caliente, en un cuarto de tarde de luna y
resacas de antologia.
- Autor: Miguel Cruz ( Offline)
- Publicado: 21 de febrero de 2014 a las 11:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy buenos y bien rimados son tus versos amigo Miguel Cruz
Saludos y amistad de Críspulo
Gracias como siempre, querido "Hombre de la Rosa".
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