Quise hoy escribir los versos más hermosos en honor a este glorioso sol de verano y en su lugar, sale como hiedra el dolor de cada amanecer.
Nací, crecí, sufrí, llegué a la estatura estándar, sufrí, sufrí, mis órganos reproductivos se secaron de esperar el amor que abofetea corazones y volví a sufrir. Tal cual se tratase de un círculo vicioso.
Conocí rostros hermosos, algunas muecas que se me impregnaron en la piel; una que otra sonrisa torcida y ciertas personas que son tóxicas, como drogas.
Llevo en mi cuerpo las marcas de los días, heridas profundas producto de la excitación de momento donde me flaquearon las rodillas directo al inodoro, donde escupí de dos a tres veces por día todas aquellas toxinas que me ensuciaron el cuerpo.
Intenté ser como todos pero Dios sabe que no pude seguir la doctrina de un círculo social que bebe cada día, llegando al mismo mar de desilusiones donde estrechan su mano con todo pez gordo cubierto de agua etílica.
Quise escribir los versos más hermosos sobre la cuenta de mi vida pero sólo la realidad se mantuvo firme entre mis pensamientos que maquillan el dolor. Aquellos donde la vida me toma por los hombros y me sacude tal cual fuese yo una muñeca de trapo, arrojada al pavimento para ser pisoteada de nuevo.
No tiene que ser la cuenta de mi vida, sino, la cuenta de mis lágrimas saladas las cuales fueron tan ocultas que me hizo ahogar todo por dentro.
- Autor: Sue P (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de febrero de 2014 a las 17:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 63
Comentarios1
Bien...
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