Una sombra colosal atragantada de adoquines cabalga la prisa en babilonia, el estupor es implacable como los cuervos a los ojos. Cada avance alarga los lamentos, cada metro deja vertida la ceguera en calles y un rosal de azabache que llora lágrimas de un sol muerto.
En la sima de babel se avista un corcel hecho en maderos, que al instar de los segundos se desarma en un bramido como un órgano de truenos que se toca en el olimpo, se asoman los escuderos con los ojos y boca envuelta en llamas… unos lloran por amor, para desterrar el odio, otros se aferran a militancias; cada cual lleva su historia.
Ilusiones y lamentos que chamaran en victoria despedazan por un puñal del aire y alzan vuelos en las cenizas… y se transmutan de estrellas y tantos fueron los sueños que se convirtieron en perfil de los mismos…
Al fin y al cabo el amor es una alquimia,
cada quien un armazón de fértiles universos.
(GRACIAS PACO JOSE GONZALEZ... MUCHAS GRACIAS)
- Autor: Martinez Deschamps (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de febrero de 2014 a las 03:53
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, cristhianfonseca
Comentarios2
Muy grata y amena ha sido la lectura de tu poema amigo Gustavo
Saludos y amistad
Críspulo el de la Rosa
Muy bueno compadre me gusta mucho el lenguaje, el poema te quedo ancestral (y) .... tiene facetas de leyenda oriental
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