Llevaba en la mano mil estrellas
y una sonrisa de clavel oriental
sus ojos eran glaucos campos
y su talla la de un dios austral
camina con paso lento sonriendo
por entre las calles del barrio casual
buscaba una chica de amores
con la cual se amó en el cañaveral
pero una barra de chicos malandras
en la esquina lo vieron pasar
y chiflando, gritando lo llaman
y él que sigue por el arrabal
iba buscando su chica
vestido de jeans y remera
buscando una rosa para regalar
mientras que los chicos lo cercan
y le piden la plata con risas de chacal
el joven de pronto saca un revólver
y apunta a los tipos y camina pa ´atras
los tipos lo siguen con la mirada
quietos se quedan no es casual
que un tiro en el pecho les prenda
en tanto el joven marcha con la soledad
esta tarde peligrosa no vale la pena
de andar con trifulcas por el naranjal
del cielo que se va oscureciendo
el joven se marcha con su vanidad.
- Autor: Federico Rivero Scarani ( Offline)
- Publicado: 25 de febrero de 2014 a las 09:49
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 114
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Muy grata la lectura de tu fabula amigo Federico
Saludos de tu amigo Críspulo
Buen cuento de arrabal
bambam
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