Se sirvió de su encanto y belleza
para saciar la sed de afecto que me imperó,
y recordó con sus palabras ligeras,
la abundancia y dulzura del agua cristalina.
Mintió, se confundió o sólo se perdió
en el camino con todas sus fantasías,
y consciente de la realidad que le aqueja
sus palabras se escucharon menos que huecas.
El objeto de mi deseo se volvió arena,
blanca como la muerte y fría, sin vida,
como llorona que vaga entre los rincones,
como fantasma que se presenta a la puerta.
Escuchaba un silbido de esperanza
no hace mucho, creo que la navidad pasada;
será que me volví sordo y más que ciego
o sólo soplé las cenizas de ese infierno.
El objeto de mi deseo ya no es más,
ahora sólo me queda la tranquilidad
y una certeza solida y fuerte como la fe
de que realmente aprendí a amar.
Baltazar Itiel
- Autor: El Arcángel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de marzo de 2014 a las 04:30
- Comentario del autor sobre el poema: A todos mis amigos mil disculpa por la ausencia, encontré un gran obstáculo en mi camino, pero al fin lo he retirado por completo. Les aprecio y quien desee continuar en donde nos quedamos estoy a sus ordenes... gracias y que Dios los bendiga. Jorge.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 394
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Khadija (Alyamar)
Comentarios2
y el objeto de mi deseo es leer tus bellos versos
abrazos con saludos
Y el propio es que te sean agradables...
Jejejeje
Besotes!!!
Así es la vida mi niño... aprendiendo y seguimos andando..
Apretujadito!!!
Pero con mucha alegría, pues me colma el Padre de bendiciones...
Besos!!!
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