Andante solitario ansioso de experiencias,
repleto de vivencias y sucesos que contar,
tantas cosas sabías, era tanta tu ciencia
que no tuviste tiempo para en ella pensar.
Inquieto, sin descanso viajaste por el mundo
bebiendo de las fuentes que pudiera saciar
tus ansias de libar el crisol sabio y profundo,
como una rueda fuiste rodando sin parar.
Y ahora que ya el ocaso te acecha sigiloso,
frente a tu alma enfrentado, harto de caminar,
tratando atemperar tu espíritu curioso,
te has parado a intimar con tu ser proceloso,
amarres recogiendo de tu barca en el mar
y al fin puesto a soñar con un rictus tedioso.
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de marzo de 2014 a las 05:13
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Perez Ortola, El Hombre de la Rosa, santos castro checa
Comentarios2
Las inquietudes hondas resurgen majestuosas con tu soneto. Tiempos de viajes y tiempos de reposo. Con una sensibilidad que no permite el tedio.
Saludos cordiales.
La vida, ese camino que recorremos a veces de forma precipitada intentado conocer, para llegar al final sabiendo que no sabemos nada, cuando hubiera sido más útil de vez en cuando haberse parado a pensar.
Gracias Rafael por tu amable comentario
Una hermosa fábula hecha soneto amigo Donaciano Bueno
Aunque no te lo creas es un poco la historia de mi vida. Y, por lo poco que he leido, me imagino que también tiene alguna similitud con la tuya, o no?
Un abrazo de un burgalés a un cántabro.
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