A Mi adorada Madre,
Donde quiera que estés, recibe un beso de quien te ama….
Te marchaste doña Jera, una tarde del mes de Mayo
Y se apago cual tenue rayo tu existencia en esta tierra
Cerrar mis ojos quisiera y ver tu rostro moreno
Tus ojos cual dos luceros tiritan en la llanura
Y Gritarte con bravura: “Madre Mía Cuanto Te Quiero”
Te marchaste madre querida entretejiendo soledades
Por los grandes cafetales mi alma llora cantando
En su verso va regando mis penas y mis querencias
Mientras mi pecho rasga, la fría daga, de tu triste ausencia
Tu vida se me escurrió como agua entre mis dedos
Te mentí cual sumo ruego, pues sabiendo que morirías
Te alentaba cada día a vivir con pasión y abandonar tus miedos
Te fuiste mi buena amiga, mi hermana, mi consejera
Recordarte hoy quisiera sin que me aflore el llanto
Nuestros combates fueron tantos que ya nada me sorprende
Mi corazón lo entiende, que estas con DIOS y te amo tanto.
En mis acostumbradas tertulias, suelo mirar la luna
Abocetando tú recuerdo cual cuencas de rosario
Aroma de café tinto, en madrugada taciturna
Y vuelvo sobre mis huellas cual lobo solitario.
Bien sé, no sabrás de mis letras, ni de la forma como te recuerdo
Que hoy llevo mi espada en pos de ese mañana de esperanza que anhelamos juntos
Pero su pudieras llevarte mi llanto el camino seria más claro… te amo Mama aunque ya no lo sepas
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