Admítelo

Ella no está contigo.

No lo estará,y nunca regresara.

Ya no podrás verla.
Ni con tus ojos
espirituales
podrás divisarla,
ni siquiera recrearla.

Si; se fue.
Se llevo todo.
No te dejó ni el recuerdo de su piel
y mucho menos,

alguna remembranza del placer.

Te dejó sin esperanza y sin alivios,
se fue y lo único que buscas; es refugio,
cándido tiempo de manos y labios
que se asemejen a aquel sufijo.

Tal vez se fue por alguna razón,
o tal vez por sentir otro amor.

Tal vez te quiere y no lo dice.
Por que aun no lo ha sentido en la superficie.

Quizá se alejo para no volver
a la mejor solo se fue para verte caer,
y mirar cómo te levantas; 
para volver a tropezar unas cuantas veces infinitas.

O quizá se sentía olvidada,
creyendo que saliéndose de tu lado,
encontraría a su persona amada.
Que quizá seguiría esperanzada.
Que quizá regresaría a tu lado.

Quizá; una epifanía desgarrada
te hará darte cuenta,
de cuan equivocado estabas;
en la forma de tratarla, amarla o desgarrarte,
de vivir, aprisionarla y libérate.
De contribuir al pecado, al horror o al resabio,
De querer, de matar y desvivirte.
De destrozarla o completarte.
De enaltecerte y sobajarle.

De ser un idiota qué
(algunas veces)
dijo algo inteligente.