La miel se derrama de tu mirada
y es muy empalagosa,
pero lo devoro hasta que no queda nada
a pesar de que quiero ser alentosa.
No hay placer más grande que contemplar esas gemas
aunque debo admitir
que sólo engendran problemas
pues la sumisión no quisiera descubrir.
Pero me muero por volver a encontrarme con esos castaños del amanecer,
y ver cómo se dispersan entre las nubes
y cómo se esconden en el atardecer
viendo que al cielo suben.
Da igual; prisionera de tus ojos quiero ser,
y de su dulzura jamás quiero carecer.
- Autor: Colores-de-primavera ( Offline)
- Publicado: 4 de marzo de 2014 a las 23:40
- Categoría: Amor
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: ARCÁNGEL, El Hombre de la Rosa
Comentarios4
Me gusta por lo renaciente y aferrada que es cada palabra
eso sí es estar enamorada... me gustó...
Muy grata la lectura de tu hermoso poema estimada señora
Un saludo de amistad
¡Gracias! 🙂
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