Tan sólo por placer no me concibas,
tampoco para fines egoístas
prepárate consciente de que «soy»
aún antes de latir en tus entrañas.
Para que yo me integre felizmente
allá en el claustro de tu bendito vientre
te pido por favor madre adorada
que al concebirme... estés enamorada.
Lléname de tu amor y sé consciente
que soy un ser humano que no es tuyo
haz que me sienta libre como el viento
si me das con tu amor, también respeto.
Si me respetas madre, está segura
que nunca sufrirás en la amargura
pues he de amar a todas las criaturas,
respetando el derecho de sus vidas.
No permitas jamás que sea tu amo
ni tampoco tu esclavo, lo suplico
hazme fuerte, no mimes mis caprichos
que tu bendito amor no me haga daño.
No permitas pereza en mi conducta
no me sobreprotejas, te lo imploro
no me eduques con premios y castigos
enséñame a pensar, a ser yo mismo.
Haz que mi mente vuele al infinito
y que mis pies se afirmen en el suelo
para que aprenda a amar a lo divino
y para hacer conciencia a este mundo.
Enséñame a luchar por mis anhelos
que aprenda que en la vida todo cuesta
inculcándome amor por mis trabajos
como una bendición, nunca una pena.
Enséñame a vivir aquí y ahora
jamás en los ayeres o mañanas
hazme aprender a dar sin esperanza
para entregar mi amor sin desconfianza.
Respétate, sé digna y responsable
no dependas de nada ni de nadie
sé valiente, no temas a la vida
para que seas la luz de mi existencia.
Felipe Magaña
- Autor: Guilbert ( Offline)
- Publicado: 5 de marzo de 2014 a las 09:23
- Categoría: Carta
- Lecturas: 100
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