Es verdad que muero cada día
con el sol, a la caída
de la noche en que me envuelvo.
Muto.
Peco.
Trasciendo el mal,
vuelvo redimido,
como vuelve el sol,
como vuelve la sal
a las heridas.
Incluso el dolor es vida
más el miedo es muerte,
no la muerte viva
que transforma y cautiva,
sino esa muerte inerte
que te pudre y hastía.
- Autor: Isabel Herratia (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de marzo de 2014 a las 14:00
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 52
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.