A mí no me importaba cómo se quejaba, yo sólo quería sentir placer, meter-sacar,
abrir-contraer, porque es que para qué más se hace esa mierda sino es pa' tenerla adentro, yo apretaba las piernas para que fuera más profunda la penetración, él
sin mucha morronguería hacía sonidos de placer con su boca y entre sus manos me tenía mis manos, entre su cuerpo me tenía el mío, entre su pureza yacía mi sucia mente. Y no creas, hay que tener la mente bien sucia pa' hacerle esto a un culicagado, no cualquiera tiene la paciencia para estos dizque nuevos adultos, creen que porque tienen diecinueve años son los súper putas, pero ¡naaah!, después de que me dejen hacer bien mi trabajo el resto es pura labia.
Aún recuerdo cómo recogía los ojos, casi como guardándolos para no ver tanto dolor y placer mezclados al mismo tiempo, pero en sus adentros, entre las palpitaciones de sus agitadas respiraciones, los movimientos bruscos de su cadera y esa lengua en fuego vivo dejaron al descubierto cuánta necesidad de posesión por esto que tengo acá, lo hacían extrangularse de placer, me sorprende cómo alguien tan joven está tan lleno de sensibilidad. -Hácele pero pacito, no seas tan brusco, me decía. Haciéndose el mojigato, como si el seductor de palabras hubiera sido yo.
-Vos sos el letradito, el intelectual, el que escribe poemas, el que lee tanta mierda hay en este mundo, por eso es que me tenés así, dizque enamorado, ¡de un culicagado! Pero ni creas que porque te lo hago con tanta pasión es que me voy a casar con vos. Le respondía mientras contraía lo más fuerte para no terminar rápido, uno ya no está para el ritmo de esos culicagados, aunque yo no es que esté tan viejo, sólo que treinta y cinco años no se viven así por así, yo hace rato pasé por esas bobadas del "amor".
-¿Vos qué sentís por mí?, me preguntó esa noche sin desenfreno, llenándome de sus ojos como siempre, afilando las púpilas, empuñando las caricias y dejando mi ya embriagado cuerpo sin protección, yo no supe qué responderle, sólo le dije que no se hiciera ilusiones, pero que tampoco sabría definirlo.
¿Qué es el amor?, no es nada, no es subirse a una nube y dejarse caer de pasión, eso es lo que nos han querido vender esos ridículos libros y películas gringas. El amor no se puede sentir por otro humano, el amor es una palabra para descubrir el afecto vacío y siniestro de nosotros, por eso yo no creo que ésto por ese pelaito' que hasta bonitico es, sea real, pero estas cosquillas y pensadera todos los días es puro encule, nada trascendental, ya lo he vivido antes. No le voy a dar tanta pensadera, aunque confieso que me encanta que le guste el rock, no hay nadie que me haga vivir a través de la música como él, sus cejas saltan de un lado a otro mientras me sonríe con sus dientes blancos, me abraza y me muerde la barba, me envenena que haga esas cosas, me hace sentir débil, niño y ridículo.
- Autor: Migue-Letras inertes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de marzo de 2014 a las 04:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 72
Comentarios1
Tanto tu escrito 1 como el 2 hablan de que tenés mucha facilidad para la expresión común, y hacer de ello buena literatura; hay soltura en ambos relatos. Se nota que lees, que es lo que corresponde, puesto que la lectura es el alimento de los que escribimos.
Adelante.
Abrazo
Guillermo
Muchas gracias Guillermo por la apreciación, el fin de todo es sólo expresar. Gracias por ser tan observador, un buen observador.
Un abrazo.
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